Histórico

Los peces como el Rey Arturo

Los intelectuales dicen que el fútbol es ciencia, los entrenadores asentimos pero con una salvedad: es una ciencia flexible. Flexible porque trabajamos con hombres, el material más sensible de la vida. De allí el concepto de que en esta relación se utilizan las ciencias sociales como la sicología, la sociología, la antropología, etc...

Un equipo de fútbol se conforma a través de una idea, jugador más jugador, los cuales adquieren estados emocionales profundos y variados. Buenos y malos momentos. Por ejemplo, el que va a entrar de titular, el debutante, el lesionado, el suplente, el que es número puesto, etc.

Pero existen los que se creen imprescindibles. Ese jugador que ve sólo satélites orbitando alrededor de él y no admite que el buen entrenamiento garantiza el resultado pero si afirma que sin entrenamiento es posible lograrlo. Como estos cabecillas, abundan y abundaron en nuestro fútbol.

Pasan los años y resurgen ante el beneplácito de la vociferante galería ignorante y educada. Los elevan a categoría de semidioses, haciéndoles creer que por sus venas corre mitad sangre divina y mitad sangre humana. Así los veían los griegos.

Jugar al fútbol es competir y para esto se debe ser un buen profesional entrenando, un buen ganador con respeto a su profesión y un buen aprendiz con humildad. De esta forma está siempre modificando su conducta y actitud. Cultiva el pequeño detalle y eso le da precisión y credibilidad.

Para aprender es querer ser enseñado y eso es lo que Vidal no reconoce en Bielsa. Marcelo le dijo que nada se aprende de una vez por todas y que paso a paso hay que cultivar todos los días el aprendizaje.

En Vidal, calza justo lo expresado por Bergson (1939): "Hay un desbalance entre el cuerpo y el alma. Desproporción monstruosa, ya que el alma no supo engrandecerse y flota en el interior de un cuerpo demasiado amplio para ella". Bernardo Subercaseaux también escribió: "Como los peces, nadamos en el agua sin ver el océano". Juegue bien o lo haga mal, eso le sucede a Arturo, el rey para muchos. Un pez gordo para todos.

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