Entre el sombrero con forma de canoa azul eléctrico de la figura social Tara Palmer-Tomkinson, como insecto de piedras semi preciosas de la princesa Eugenie de York, como rosetón de regalo de su hermana Beatrice (ambas en la foto), estilo "pastillero" de Victoria Beckham o amapola de género de la mujer viceprimerministro de Inglaterra, la Boda Real fue un desfile de tocados y "pamelas" -esos de ala ancha y que parecen de paja, como para la playa- de todos los colores. De cada estilo, forma y extravagancia.
La farándula llegó con la señora Beckham con unos taco alto muy, muy altos, con la suela roja del zapatero Christian Louboutin, favorito de Madonna y Sarah Jessica-Parker, y una túnica que cubría su embarazo diseñada por ella misma. Todo oscuro. Más para funeral que para Boda Real. Su marido, el futbolista, con el pelo más engominado que la misma novia o que el poco pelo del príncipe Guillermo, parecía modelo de revista de modas con un traje de comercial de Ralph Lauren.
Hubo quienes perdieron el sentido de los colores en la ropa, como la Reina Margarita de Dinamarca, y su conjunto entero, de pies a cabeza, entre celeste y turquesa; o el mismo ensamblaje amarillo canario de la Reina Isabel. Otras convidadas pensaron que este era casamiento así no más, como el de cualquier vecino, como la señora del primer ministro David Cameron, Samantha,que apareció sin sombrero, despeinada, con pinche de flores y chal naranja en la mano..
Algunas se desubicaron, con la novia del director de cine Guy Ritchie, Jacqui Aisnley, que sacó un estampado de leopardo, blanco, no amarillo, pero estampado igual. Y apareció un ejército de señoras de perlas y traje color pastel, comandado por la soberana. Entre ellas Camilla Parker, duquesa de Cornwall, mujer del príncipe Carlos, con chaqueta y pollera de la misma modista que la vistió para el casamiento con el heredero al trono; y la mamá de la novia, Carole Middleton, tan pastel como las demás.
Entre los hombres, el uniforme militar del príncipe Harry era tan ancho de hombros que similaba esos que usaba Michael Jackson. Elton John dio su toque con una corbata de seda morada. Carlos estuvo todo el tiempo con la cara más roja que de costumbre y Guillermo no tiene excusa para no haber tomado medidas para la caída del pelo..
Las ganadoras, por lejos, fueron las hermanas Middleton. La menor, "Pippa", la madrina, más bronceada que la misma novia y con un modelo tan marfil y ajustado como el de ella. Y Kate, ahora Catherine, duquesa de Camdridge, con ese vestido de Alexander McQueen y esa tiara que le prestó su suegra y que brillaba, igual que su cara de amor y felicidad.