Hace 30 años ocurrió uno de los desastres nucleares más grandes de la historia: El reactor nuclear número 4 de Chernóbil - lo que ahora se conoce como norte de Ucrania - explotó, y toda el área tuvo que ser evacuada por contaminación radioactiva. Lamentablemente en el caos de la evacuación, muchas mascotas quedaron olvidadas y dejadas atrás por sus dueños.
Hoy, el área para sorpresa de muchos cuenta con una variada flora y fauna. Sin la intervención humana, los animales comenzaron a tomarse el terreno y perros y gatos domésticos se han reproducido hasta el día de hoy.
Descendientes de las mascotas que las personas dejaron atrás al evacuar, y ahuyentados por depredadores como lobos que viven en las profundidades del bosque, los perros y gatos viven en lo que queda de la planta radioactiva, dando la bienvenida a los visitantes que, bajo un estricto control ucraniano, pueden ingresar a algunas áreas que tienen baja radiación.
Estos animales pese a lo amigables que son no pueden ser acariciados: Su pelaje contiene partículas radioactivas, al igual que sus patas y hocico.
Los trabajadores que actualmente trabajan en el área realizando estudios de la radioactividad se han encariñado con éstos animales, y los alimentan cada vez que pueden.
Esterilización y control veterinario
Luego de que un documental sobre éstos perritos lograra captar atención internacional ("The Puppies Of Chernobyl" del cineasta Drew Scanlon), varios grupos animalistas comenzaron a preguntarse si era posible hacer algo por éstos animales.
Así nació una campaña para su esterilización liderada por la organización sin fines de lucro Clean Futures Fund, quienes por medio del sitio Go Fund Me han comenzado a recaudar donaciones para darles atención veterinaria y cuidados a los perros que hoy viven en la planta y en un radio de 30 kilómetros a la redonda.
Hasta ahora, llevan más de 400 animales esterilizados (se estima que actualmente existen más de mil perros y gatos en ésta área), y esperan reunir más fondos para poder construir una clínica veterinaria en el lugar para atender a los animales abandonados.
Los fondos recaudados sirven para contratar veterinarios ucranianos, comprar vacunas, anestesia, caniles, comida de perro y suministros médicos.
Debido a la radioactividad que tienen éstos perros, deben ser bañados y limpiados para bajar sus niveles y que no sean tóxicos para los veterinarios que los atienden.
La campaña actualmente ha reunido 41.236 dólares y el objetivo es reunir 80.000.