Atletas de elite ya retirados del circuito profesional. Este es el sello que marca a los personal trainers que hoy se dedican a entrenar a los ejecutivos chilenos seducidos por el running.
La mayoría vio esta tendencia como una oportunidad de traspasar sus conocimientos profesionales y realizar un negocio que reporta buenos dividendos. Cobran, en promedio, lo que pide un gimnasio.
Martín Arias es un ex triatleta chileno. Trabajó 18 años en la rama deportiva de Universidad Católica y entrenó a tres deportistas que estuvieron entre los 10 mejores del mundo. Hace cuatro años dejó el club y formó el grupo TyM. Partió con algunas personas que entraban a la universidad y el grupo fue creciendo a través de contactos personales. Los integrantes traían amigos que tenían un mismo perfil, interés y actitud.
Hoy tiene cerradas las inscripciones. Entrena a 80 profesionales, entre ellos, el director de D&S, Alberto Eguiguren, y el director de empresas Pablo Turner. También preparó al ex candidato presidencial Joaquín Lavín para el maratón de Nueva York.
Arias explica que los ejecutivos son personas que buscan la excelencia en todo lo que hacen y llegan porque desean reducir el estrés o les motiva alcanzar nuevos logros.
El aporte del personal trainer viene por generar un trabajo sistemático de preparación. El ejecutivo aporta la disciplina que se requiere para entrenar todo el año, y por lo menos, cuatro veces a la semana.
El entrenador hace el programa y el seguimiento. También se adapta a los estrechos horarios disponibles. Esta no es una actividad que se realiza en horario de oficina. Por eso es común que se junten temprano en la mañana o en la hora de almuerzo. Además, el teléfono siempre está disponible para consultas.
El triatleta chileno Matías Brain está hoy vinculado a esta actividad con "Brain Team". Entrena a unas 70 personas, las cuales sólo se preparan para correr maratones.
Brain indica que para estar en esta actividad las personas deben ser muy ordenadas y disciplinadas. "Nosotros ayudamos en eso, a través de horarios de entrenamientos, cosa que ellos se adecuen a sus trabajos. Son competitivos entre ellos, pero en buena onda".
En este negocio también está el triatleta venezolano Marcelo Gálvez, quien llegó al país en 2003. En su país de origen trató de implementar la idea de entrenar masivamente a personas, sin éxito. En Chile se asoció con Felipe Salas, quien trabajaba con algunos grupos. Ambos formaron los Full Runners, donde hoy participan unas 450 personas.
Marcelo Gálvez explica que a sus miembros tratan de hacerles entender que ellos no van a vivir de esto y que se lo tomen más como un tema de entretención que de competición. Esto considerando que los ejecutivos tienen un perfil más competitivo, que también lo llevan al deporte. "No es que no tengamos el interés competitivo, pero no es nuestro enfoque principal".
Agrega que en esta actividad "hay un tema de glamour, donde las personas aumentan sus redes sociales y de contacto".