Tras el fallo de La Haya se levantó harta polvareda, pero después nos dejaron a todos abandonados". El presidente del Sindicato de Pescadores Artesanales de Arica, Sergio Guerrero, está preocupado por la situación que actualmente vive su gremio. A cuatro meses de la sentencia del tribunal internacional, asegura que ya se reflejan los efectos adversos de los nuevos límites marítimos entre Chile y Perú.

Los más afectados, dice, son los que se dedican a la pesca de altura, quienes extraen albacora, jurel, pargo y palometa, recursos que se encuentran entre las 60 y las 140 millas marítimas. Como el dictamen de la corte fijó una línea diagonal desde la milla 80 hasta la 200, las embarcaciones deben navegar hasta Pisagua para poder adentrarse hasta donde se sitúan esas especies, evitando así ingresar al nuevo territorio peruano.

"Antes avanzábamos en línea recta y en ocho horas estábamos en la zona de pesca. Ahora hay que navegar hacia el sur entre 16 y 18 horas", explica Guerrero, quien agrega que eso implica más gasto de combustible y de horas de trabajo.

El dirigente prevé que la situación será aún más compleja en noviembre, cuando empieza la temporada de la palometa, principal recurso de la zona. "Son 22 mil kilómetros cuadrados que perdimos y que cada día se notará más su falta", sentencia Guerrero.

Tres días después del fallo, los pescadores se reunieron en Santiago con el ex ministro de Economía, Félix de Vicente, quien les presentó un plan de ayuda que constaba de cinco medidas: fomento de la acuicultura, destinación de fondos de Sernapesca, la creación de un "mall del mar", mitigar las jubilaciones de los pescadores mayores de 65 años y agilizar la construcción de un nuevo puerto pesquero.

"Fue una reunión muy apresurada y con ninguna solución real. Lo de la acuicultura no es nuevo, porque se viene trabajando hace cuatro años, el convenio regional con Sernapesca ya lo teníamos. Lo del mall es para los comerciantes, no para los pescadores y si nos van a jubilar con 70 mil pesos mensuales es lo mismo que si cada uno lo hiciera por su cuenta", enumera guerrero.

Ahora, los pescadores artesanales se reunieron la semana pasada con el intendente de Arica, Emilio Rodríguez y el 25 de abril tuvieron una cita con el actual ministro de Economía, Luis Céspedes. "Pero fue una reunión a nivel nacional, con pescadores de todo el país. Se trató nuestro problema, pero poco", agrega Guerrero.

Una situación más normal vive la pesca industrial de Arica. Su principal recurso de extracción es la anchoveta (para hacer harina de pescado), que está dentro de las 80 millas. Incluso, el 60% de esta especie está antes de la milla 20.

Desde Relaciones Públicas de Corpesca, explicaron que "hace cinco años la captura se ha hecho en territorio que no fue afectado por el fallo. Pese a que nuestra empresa tenía potestad dentro de las 200 millas, en términos prácticos la resolución de La Haya no tuvo mayor impacto. Sin embargo, el escenario en el mar es cambiante y el recurso podría trasladarse a la zona perdida, pero no ha habido señales de un cambio de ese tipo".

En tanto, la Armada ha debido reorganizar sus estrategias de control marítimo. Tras las reuniones bilaterales con su par peruano en el marco del 2+2, se determinó que en caso de emergencias y rescates las naves de ambas flotas podrán tener libre tránsito por las aguas.

Lo mismo ocurre con los pesqueros. Por ejemplo, una embarcación chilena podrá navegar libremente por mar territorial peruano, pero será detenido si es que es sorprendido en faenas.

"Son acuerdos recíprocos para mantener las buenas relaciones. Desde enero a la fecha hemos detenido tres pesqueros peruanos en aguas chilenas. Antes quedaban retenidos el barco, el patrón y el motorista. Ahora sólo queda la embarcación y los tripulantes son liberados", explicó el gobernador marítimo de Arica, capitán de navío Luis Felipe Bravo.