El pescador artesanal Linder Huarache es oriundo del puerto peruano de Ilo (209 kilómetros al norte de Arica) y hace tres meses que no ve a su madre. Eso, asegura, le preocupa. "Ella es mayor y yo la mantengo económicamente", cuenta mientras camina por el parque Vicuña Mackenna, frente al morro de Arica.

El 18 de noviembre del año pasado, la embarcación con la que navegaba -llamada Colca 2- fue acusada de pescar ilegalmente en aguas chilenas. Desde ese día, el ciudadano peruano de 33 años y con más de una década dedicado a la pesca, permanece en Arica sin poder volver a Perú. 

Al igual que la Colca 2, otras 11 embarcaciones peruanas fueron sorprendidas en mar chileno desde septiembre de 2012, aunque una de ellas habría escapado, según la versión de los pescadores peruanos.

Las naves permanecen ancladas en el puerto de Arica y de los 36 tripulantes de las naves, nueve debieron quedarse en el país para hacerle mantención. Eso, hasta que cancelen una multa, que van desde el millón de pesos en algunos casos, hasta los 13 millones. Luego de eso podrán regresar a su país.

"Nos pusieron una multa que nunca vamos a poder solucionar, porque nadie la puede pagar. Es muy alta. El dueño de la embarcación nos dijo que no podía cancelarla y que veamos nosotros cómo nos devolvemos al Perú", lamenta Huarache.

La situación ha cobrado mayor notoriedad tras el fallo del tribunal de La Haya, que confirmó que el límite marítimo entre Perú y Chile es el paralelo, pero hasta la milla 80. De hecho, agrupaciones pesqueras de Tacna hicieron un llamado al Presidente de Perú, Ollanta Humala, para que solicite al Mandatario chileno, Sebastián Piñera, una amnistía en favor de los pescadores.

"Quiero solucionar mi problema y regresar al Perú, después de eso quiero volver a Arica a trabajar, porque me agradó y me gusta la pesca, además, la economía es un poco más elevada", agrega Huarache.

Junto a él está Amir Cruz, de 31 años, originario de la ciudad de Pisco. Trabaja hace siete años en la pesca artesanal a bordo de la embarcación Locumba 2, por pesca ilegal e ingresar sin autorización a mar chileno.

"Nosotros caímos justo en el lugar que después del fallo de la Haya ahora le pertenece a Perú. Estábamos pescando perico, que acá le dicen palometa. Las patrullas marinas chilenas inspeccionaron en la bodega donde tenía 200 kilos de palometa, que saqué en mar peruano", cuenta Cruz.

AYUDA DE CHILENOS

El día del fallo los pescadores estuvieron albergados en un colegio que les facilitó la Municipalidad de Arica. "El fallo nos favoreció un poco nomás, pero no el 100% que queríamos. Somos pescadores todos y todos hemos querido lo mejor. Lo que no se pudo, no se pudo".

En medio de esta situación, los artesanales peruanos destacan la ayuda recibida por sus colegas ariqueños.

"No me han dirigido ninguna mala palabra, no tenemos ningún problema. Como amigos siempre nos damos las manos, porque somos pescadores todos. Estamos para apoyarnos", narra Cruz.

De hecho, existe un convenio entre los sindicatos pesqueros de Ilo y Arica para que en caso de que embarcaciones chilenas sean detenidas en Perú, también reciban apoyo.

"Ayudamos a los compañeros pesqueros de acá a cargar hielo y pescados. Hemos hecho amistad con ellos, nos ayudan y apoyan con un poco de trabajo. Y te ganas un poco de monedas para sobrevivir", dice Huarache.