Actualmente, el barrio Italia cuenta con más de 16 casas convertidas en galerías de locales comerciales, 12 tiendas independientes dedicadas al diseño, más de 10 cafés y restaurantes, cinco salas de arte, un centro de yoga, un club de jazz y un estudio de peluquería.

Este crecimiento fue desarrollándose sólo hace unos cuatro años. No obstante, fueron tres restaurantes que, ya en 1999, comenzaron a delinear este polo de diseño y gastronomía. El primero llegó hace 20 años a la esquina de Av. Italia con Av. Sucre. Aunque se inició como fábrica de pastas, la trattoria Da Noi ("De Nosotros") abrió su primer comedor en 1997 para 18 personas: algo que este restaurante está próximo a celebrar el 11 de diciembre, con una fiesta privada donde se degustarán pastas y vinos.

La historia comenzó en 1993, cuando Juan Ponce, ex funcionario de Chilectra, y su esposa, Elizabeth Badilla, instalaron su local en el 1791 de Av. Italia, un lugar donde antes había funcionado el almacén de Pío Piamonti, un inmigrante italiano. "No sabíamos que se convertiría en el barrio de moda que es ahora. Nosotros partimos con un comedor, porque los vecinos nos pidieron un lugar donde sentarse a comer", relata Luis Ponce, quien sucedió a su padre en la dirección del ristorante hace cuatro años. "No había nada más en el sector que una carnicería al frente -que aún existe- y una herrería al lado", añade.

Hoy, el negocio abarca las dos propiedades contiguas y sus comedores y la terraza interior tienen lugar para más de 300 paladares.

En 2011, incluso, abrieron el Café y Emporio Da Noi en el lugar que ocupaba la vieja herrería, donde además se puede comer postres y masas dulces.

"Sólo a modo de ejemplo, en 2003 servíamos a unas tres mil personas al mes y hoy a casi 10 mil. Pero aunque hemos crecido, tratamos de mantener la tradición. De hecho, uso la misma planilla que mi padre tenía en un libro, pero en el computador", agrega.

Los otros pioneros
El éxito de Da Noi fue visto con interés por otros empresarios gastronómicos. Uno de ellos fue el peruano Angel Santisteban, quien cofundó El Otro Sitio y luego instaló Puerto Perú en 1998, ubicado casi al llegar a la esquina de Av. Santa Isabel con Condell.

"Más que una apuesta, fue una gran suerte el giro que dio el barrio con el tiempo", afirma Carlos Alonso, quien administra este local hace una década. "Y aunque la oferta de restaurantes peruanos ha aumentado en el barrio -hoy al menos hay cinco más-, sin duda existe un público cautivo de tres mil 500 comensales al mes que nos prefiere y otro que llega por la fama del sector".

Con el pasar de los años, Alonso agrega que no han realizado cambios importantes: han mantenido a su chef principal y su plato "Perú Tres Sabores" -un mix de ají de gallina, seco de cordero y lomo saltado- continúa siendo la especialidad de la casa. Eso sí, hace unos tres años habilitaron una de las oficinas para ampliar su capacidad de 100 a 120 comensales.

Pero no fue el único. En 1999, el dueño de un taller de confecciones en calle Condell, Ricardo López, decidió junto a su familia cambiar de rubro e instalar ahí mismo el restaurante Mexicana, con capacidad para 120 personas, mariachis las noches de sábado y una decoración de colores fuertes y calaveras al estilo del Día de Los Muertos. "Me di cuenta del movimiento que tenían el Da Noi y el Puerto Perú y aposté como ellos", señala.

La inclinación por este tipo de comida fue sólo por gusto personal y por algunos viajes al país azteca. "Además, es un tipo de comida que hasta hoy tiene una cantidad relativamente pequeña de locales".

Según López, poco ha influido el boom del sector en su público. "Las tiendas de diseño le han dado vida a estas cuadras, pero el público que asiste a mi restaurante me lo he ganado yo", remata.