Hay ocasiones en que la política puede ser una acertada guía para el amor. "Los cien primeros días de un gobierno son premonitorios de los años que vendrán", sostienen los cientistas políticos. Y si durante la luna de miel con los ciudadanos -agregan- no se despliega toda la energía e imaginación, aprovechando la legitimidad recién obtenida, la administración no logrará sus metas. "En los 100 primeros días de gobierno se define cómo será el compromiso" y "se establecen los cimientos del resto de la Presidencia", reza la teoría política.
Ahora, cambie las palabras gobierno, presidencia o administración por matrimonio y sabrá todo lo que se juega una pareja en su primer período de convivencia. Lo más sorprendente, según los sicólogos, es que la gran mayoría de las personas no tiene conciencia de lo que está sobre la mesa en ese período, y lo que más impera es la inercia.
"Al sentirse enamoradas, las parejas prefieren evitar problemas y acceden a cosas con las que no están de acuerdo", dice la sicóloga Susana Ifland. No negocian. No establecen acuerdos. "Los factores emocionales contaminan la racionalidad con la que se deberían zanjar esos temas", explica el sicólogo Víctor Carvajal.
"LO QUE SIEMPRE HA SIDO ASI"
Cómo vamos a administrar el dinero y de qué gastos se responsabilizará cada uno. Qué ritos familiares adoptaremos: iremos a almorzar a la casa de tus padres, de mis padres o de ninguno de ellos. Cómo resolveremos los conflictos, quien tomará las decisiones más importantes y cómo nos repartiremos las tareas de la casa. Quién lavará los platos y quién pasará la aspiradora. Todo ello, en forma casi silenciosa, pasará a formar parte de la impronta de la pareja.
"Se establecen las pautas y se definen los roles", dice la sicóloga de la Universidad del Desarrollo, Macarena Lucar. Las costumbres que se asumen se convierten en derechos adquiridos y cambiar "lo que siempre ha sido así" se hace cada vez más difícil. Según los sicólogos, quien pretenda después alterar esos patrones, lo más probable es que gatille una crisis profunda o sencillamente se convierta en una tarea imposible.
Como con el dinero, por ejemplo. Quien inicialmente se ocupó de pagar la mayoría de los gastos de la casa es muy probable que lo continúe haciendo por años. Y que cualquier intento por cambiar esa situación se transforme en una guerra campal.
Tanto así, que un estudio de la empresa separadosdechile.cl analizó 2.600 consultas recibidas, entre septiembre de 2008 y febrero de 2009, de personas en proceso de divorcio. La investigación sobre las causas del quiebre reveló que las razones económicas representaban el 50% de los casos.
NEGOCIAR ES CLAVE
"Decidí que yo no sería la encargada de limpiar la cocina, cosa que detesto, ni haría el desayuno por las mañanas. En cambio, soy la que cocino. A todas estas rutinas se ha llegado de la manera más natural, sin conflictos", escribe en su blog la editora española del portal CincoDias.com, Paz Alvarez. Tras un año de casada, sin embargo, ella reconoce que tuvo una gran ventaja sobre la gran mayoría de las nuevas parejas: un amigo de edad le advirtió que el secreto de un matrimonio feliz era, precisamente, rayar la cancha de las obligaciones y derechos de cada uno en el primer tiempo. Un consejo que ella siguió.
Pero si usted está pensando que la mejor forma para abordar el tema es sentarse frente a su pareja con una larga lista de temas al segundo día de casados, la respuesta de los sicólogos es un rotundo no. Cada aspecto de la convivencia debe abordarse cuando aparezca en el horizonte.
JUEGO DE PODER
La sicóloga de la Universidad Adolfo Ibáñez, Verónica Bagladi, indica que los primeros tres meses son tan determinantes en el devenir de una relación, que incluso pueden resultar predictores de su futuro éxito o fracaso: "Si un matrimonio no va a resultar, lo más probable es que ello se manifieste en esta etapa", dice. Así lo ratifica una investigación de la U. de Texas entre la década de los 80 y la actual, que muestra que entre las parejas que se divorciaron a poco andar, era frecuente encontrar hostilidad desde los dos primeros meses se convivencia.
En última instancia -y al igual como sucede en la política-, lo que está en disputa en este crucial trimestre es el poder. Ello se manifiesta en detalles tan pequeños como cuál de los dos se hace cargo del control remoto. Las peleas más comunes también se relacionan con el dominio: cada uno trata de imponer su punto de vista en el funcionamiento del naciente hogar. Un proceso complicado, donde entran en juego las diferencias de género, las pautas de las familias de origen, de educación, cultura o incluso gustos.