En la localidad de Chitita, a 1.800 metros sobre el nivel del mar y a 127 kilómetros de Arica, el terremoto no sólo destruyó algunas casas y sembró el temor en la comunidad. También originó el desplazamiento de rocas que provocaron el corte del único camino que conecta el pueblo de la comuna de Camarones con la Ruta 5 Norte.
A las 7 horas del miércoles, cuando muchos ariqueños e iquiqueños aún estaban en las zonas altas de sus ciudades por la posibilidad de un tsunami, una cuadrilla de 10 personas del pueblo recorrió cuatro kilómetros hasta Guañacagua, otro poblado del Valle de Codpa, donde se unieron otras 30 personas, incluidas tres mujeres.
Todos juntos, con palas, chuzos y sus propias manos fueron sacando los escombros y abrieron el angosto camino.
"Siempre que tenemos un problema nos organizamos así, porque no podemos esperar a que las autoridades se preocupen por nosotros, porque no lo hacen", cuenta María Viza (54).
"Estuvimos todo el miércoles trabajando al sol, con más de 30 grados, abrimos el camino desde Guañacagua y pasamos por el sector de Guatanave, donde las rocas incluso estuvieron a punto de aplastar a una vecina", agrega su esposo, Leoncio Manzanares (63). El matrimonio cuestiona la acción de las autoridades en general. "No ha venido nadie, ni siquiera a preguntarnos si estamos bien o si necesitamos algo o a ver qué casas tienen daños", alegan.
En la zona, que se caracteriza por el contraste entre el tono amarillo de los cerros del desierto y el verde intenso de los valles, el principal rubro de trabajo es el cultivo de tunas, naranjas, membrillos, higos y uvas. Pero pocas personas viven ahí de manera permanente. No más de 50 en cada poblado. La mayoría de los lugareños viaja constantemente hacia Arica, en busca de mejores trabajos.
El sector fue visitado ayer por la Presidenta Michelle Bachelet, quien hizo un recorrido por algunos pueblos para constatar los daños y recoger las inquietudes de los habitantes. Si bien en Codpa y Chitita valoraron el arribo, lamentaron que no haya podido recorrer los sectores más aislados y que tampoco hayan llegado con ella autoridades del gobierno regional.
"Después del terremoto los mismos vecinos recorrimos este sector del valle para saber si las personas estaban bien y ya han pasado dos días y ninguna autoridad ni funcionario municipal se ha acercado para saber cómo estamos", dice Isidoro Ajata, presidente de la Unión Comunal de Vecinos del Valle de Codpa.
Iván Romero, alcalde de Camarones, señaló que "es destacable la iniciativa de los vecinos porque el municipio no podía llegar inmediatamente a todos los lugares a despejar los caminos", pero descartó que el municipio no haya proporcionado ayuda. Explicó que la noche del terremoto la instrucción para los funcionarios municipales fue "que nadie se moviera, porque desplazarse en esas condiciones era un riesgo innecesario, pero a la mañana siguiente, todos salieron y nos dimos cuenta de que el 80% de la comuna estaba aislada y empezamos a trabajar para que llegara la ayuda", aseguró.
El miércoles en la tarde, el grupo que comenzó el despeje en Chitita llegó hasta el pueblo de Codpa, núcleo principal del valle. Este se mantenía aislado desde la noche del terremoto. Ahí, también espontáneamente, se habían organizado los lugareños para despejar la ruta y, en conjunto con los demás, lograron abrir un paso para autos pequeños, gracias a la ayuda de una máquina prestada por una empresa contratista.
Sin embargo, todo fue en vano. Con la fuerte réplica del miércoles en la noche, las rocas volvieron a cubrir la cuesta con grandes piedras, por lo que el acceso fue difícil y riesgoso durante toda la jornada. Sólo ayer en la tarde pudo ser despejado completamente.