Los inicios de Jorge Sampaoli en Casilda no fueron para nada fáciles. Sin un nombre como futbolista ni menos como entrenador, el camino para el "Zurdo" estaba cuesta arriba.

Tampoco había muchos recursos económicos y sus actividades en la cancha las tenía que compatibilizar, primero, con su trabajo como cajero en el Banco Provincia; y luego, en la oficina del registro civil de la localidad de Los Molinos, donde incluso llegó a firmar actas de nacimiento y de defunción.

Por estos motivos, la vida del técnico de la "Roja" es rica en todo tipo de anécdotas. A continuación, algunas de ellas.

DT desde pequeño

Como jugador, Sampaoli destacaba como un hábil volante por la izquierda, aunque también solía cumplir tareas de contención. De ahí que alguna vez manifestara que se sentía identificado con Charles Aránguiz y Marcelo Díaz.

A los 17 años integraba las divisiones menores de Newell's Old Boys, club donde fue dirigido por Luis Lutman, uno de los mayores descubridores de talentos del fútbol argentino.

El formador recuerda de forma muy especial a su ex pupilo: "Era un chico extremadamente inquieto y muy inteligente. A pesar de su corta edad, sabía leer muy bien los partidos y ya demostraba sus dotes de entrenador. Era el técnico en la cancha", detalla.

"Chiche" también destaca que "Sampaoli era una apasionado desde chico. Tenía una gran intensidad para vivir el fútbol y sé lo que piensa, porque yo era igual. Por eso, cuando comenzó a dirigir empecé a seguirle la carrera, porque intuía que iba a triunfar. Dejaba la vida en la línea de cal".

De su paso por "Ñuls", esta experiencia sería clave para el futuro, pues una fractura de tibia y peroné, a los 19 años, truncó su sueño de ser futbolista.

Las licencias

"Cuando privatizan el Banco Provincia, a los funcionarios se les dio la opción de retirarse o ser parte de alguna repartición pública. Jorge eligió esto último y se fue a Los Molinos. Igualmente, se las arreglaba para entrenar a equipos de la zona que lo iban a buscar, porque tenía fama de laburante (trabajador). Y a pesar de que tenía un trabajo estable, prefirió dejarlo todo para cumplir su sueño", cuenta Fernando Ingaglio, secretario de gobierno de Casilda, quien además fue presidente de la comisión de fútbol de Alumni, el equipo con el que el técnico logró sus primeros éxitos.

"Esos primeros años fueron muy difíciles, porque Jorge no fue futbolista, por lo que no tenía los contactos como para dirigir en un club. Por eso, lo que ha conseguido en su carrera es doblemente meritorio. Cuando llegó a Alumni, por 1987, nos pidió en la primera reunión sogas, 30 pelotas y conos. Nosotros quedamos sorprendidos, ya que en esa época era muy raro eso, más para un club amateur como el nuestro. Fue una verdadera revolución en Casilda", agrega.

Ingaglio, además, desclasifica otra anécdota del seleccionador nacional. "Cuando recién partió a Perú, evitó renunciar a su trabajo en Los Molinos y lo que hizo fue presentar licencias sin goce de sueldo, para poder mantener los beneficios, porque esas primeras experiencias eran inciertas y él no sabía cuánto durarían. Así estuvo por dos años hasta que comenzó a consagrarse", confiesa.

La experiencia peruana

La relación de Sampaoli nació de casualidad. Un día, Juan José Salazar, timonel de Juan Aurich, buscaba refuerzos en el ascenso argentino, mediante un empresario. Este emisario le recomendó al entrenador.

Con lo puesto partió a Perú, donde rápidamente se hizo conocido como el "Hombrecito". En 2002 comenzó su primera aventura internacional al mando de Juan Aurich, un modesto equipo que luchaba por no descender.

A pesar de contar con un escaso presupuesto y un sueldo que no superaba los US$ 1.000 mensuales, intentó hacer lo que pudo. Y si bien sólo logró un triunfo en ocho partidos, en el país "incaico" gustó la forma en que planteaba los encuentros. Tras la salida del Salazar, el casildense renunció en solidaridad con el timonel que lo contrató.

De vuelta en su pueblo, el DT partía nuevamente de cero. Sin embargo, no tardaría mucho en tener una nueva oportunidad. Esta vez Sport Boys requería de sus servicios. Con los del Callao lograría una destacada campaña, en una aventura en la que se sumaría su joven ayudante, Sebastián Beccacece, quien viajó en bus desde Rosario a Lima.

Luego pasaría por Coronel Bolognesi, donde llegaría a la Copa Sudamericana, siendo estrechamente eliminado por el Colo Colo de Claudio Borghi.

Su estadía en Tacna le dejó grandes réditos deportivos, pero le costó su matrimonio con Analía Sampaolese.

El fracaso en Cristal

Una de las experiencias más duras del entrenador fue su paso por Sporting Cristal, el primer equipo grande que dirigió.

"Fue una experiencia dura, porque el sistema de juego que él propone a mí me gustaba mucho, porque nunca te aburría e, incluso, con el 'Bolo' nos metieron cuatro goles una vez en nuestro estadio. Sin embargo, generó resistencia de algunos jugadores. Fue una lección para mí como dirigente, porque ahí confirmé que el capital humano no acompañaba mucho", narra Francisco Lombardi, ex timonel de los "cerveceros".

El también cineasta rememora que "

como en todos lados donde dirigió a Jorge le costó arrancar. Sin embargo, el directorio no le tuvo paciencia y decidió despedirlo cuando faltaban pocas fechas para incorporar refuerzos,

ya que había cuatro o cinco jugadores de experiencia que no sintonizaban con él y que no se adaptaban a su esquema, pues a diferencia de los otros clubes en que estuvo, acá no había tantos jugadores jóvenes que pudieran ser moldeables. Es algo parecido a lo que sucede hoy en el fútbol peruano".

Lombardi, quien mantiene una amistad de años con Marcelo Bielsa, señala que "le hablé mucho de Jorge a Marcelo. Sin embargo, él no lo conocía ni tenía referencias de él. Solo las vino a tener cuando comenzó a dirigir en Chile. Antes no sabía quién era".

Incluso, en esa época fue tentado para dirigir a la selección juvenil de ese país. "El presidente de la Federación se la ofreció, pero no hubo acuerdo económico", sentencia Lombardi.