Alexis Sánchez disfruta de sus vacaciones antes de integrarse a los entrenamientos del Barcelona. El final feliz de una negociación larga y complicada, de la que ahora se comienzan a conocer los detalles. Como por ejemplo, que el primer contacto que estableció el cuadro catalán no fue ni con Udinese ni con el representante del "Niño Maravilla". Fue directamente con el jugador, quien finalmente sería clave, ya que su firme posición de no ir a otro club inclinó la balanza.
El medio catalán Sport, publicó el paso a paso de la negociación. Y parte destacando que el primer teléfono que llegó a las oficinas del Barça fue el de Sánchez. Fue el delantero el que entregó, en marzo, a los dirigentes catalanes el número de Fernando Felicevich para que empezaran las conversaciones.
Después se explica que "la primera persona del Barça con la que habló Alexis fue Josep María Bartomeu, el vicepresidente deportivo. Más tarde también pudo conversar con los responsables de la secretaría técnica, Andoni Zubizarreta y Raúl Sanllehí".
Cuando ya se estaba definiendo el acuerdo con Sánchez, fue el turno para que se comunicara con el jugador el técnico Pep Guardiola, quien se encargó de terminar de convencer al tocopillano.
Felicevich viajó para definir el sueldo del atacante chileno, quien en ese momento le dice la frase que terminaría siendo clave: "Sólo quiero jugar en el Barça". Esto, pese a las mejores ofertas del Chelsea y el Manchester City.
Bartomeu llamó por primera vez al Udinese tres días después de ganar la Liga de Campeones. Sport relata que "el 1 de junio, Gino Pozzo, hijo del presidente y propietario Giampaolo Pozzo, le dijo al directivo del Barça: 'Estaba esperando tu llamada'". El club italiano ya tenía claro el interés del Barça, pues Sánchez les había dicho que no considerarán a ningún otro club.
Udinese tenía dos objetivos: subir el precio del jugador y lograr que Barcelona, el que ofrecía menos, se aburriera, para poder negociar con los equipos de mayores propuestas, el Chelsea (55 millones de euros) y el Manchester City (50 millones).
Y en un momento, los catalantes perdieron la paciencia, ya que cuando lograban acordar un punto, al otro día recibían un mensaje pidiendo nuevas condiciones.
Pero los negociadores de Barcelona se mantuvieron firmes, aún más después que a través de Felicevich, Sánchez le repitiera el mensaje a los dueños del Udinese: "Negocien con quien quieran, pero yo solamente me iré al Barça"... Y así fue.