Era un proyecto de dimensiones colosales: US$ 5 millones en costo de producción, 30 mil extras y estrellas como Alec Guinness y Audrey Hepburn. Tras 2001: Una odisea del espacio, Stanley Kubrick se preparó para "hacer la mejor película jamás realizada", según apuntó en 1971. Se trataba de Napoleón, el proyecto que lo obsesionó y que, tras el rechazo de MGM y United Artists, jamás pudo llevar a cabo.
Ahora, los detalles de la idea que lo obsesionó se revelan en Stanley Kubrick's Napoleon, una publicación de más de 2 mil páginas, que reúne 10 tomos con imágenes, apuntes, documentos y el guión final de un proyecto que, por falta de financiamiento, nunca se filmó.
La planificación ocupó al neoyorquino desde 1967 a 1971, años en que alcanzó a reunir tanto material que hoy su colección es considerada el archivo privado más grande en torno a Napoleón. Son 17 mil imágenes y objetos sobre el período entre 1769 y 1830, además de 500 volúmenes que contenían apuntes de la biografía del francés, la época en la que vivió y las personas que lo rodearon.
El guión, de su autoría, comenzaba con un Napoleón veinteañero, que participaba de la toma de La Bastilla, en 1789. A partir de entonces, se retrata el nacimiento y la muerte de un genio que fue héroe de la revolución y luego desilusionó a su pueblo, proclamándose emperador, en 1804. Era el alza y la caída de "un líder carismático, con capacidades sin paralelos", escribe Jan Harlan, productor de El resplandor y Barry Lyndon.
El guión también mostraba su agridulce romance con Josefina. Audrey Hepburn rechazó el rol, quizás espantada ante indicaciones del texto como "maximum erotica".
El costo de un proyecto tan audaz preocupaba a Kubrick. Intentó ahorrar primero en vestuario: propuso ropa hecha de papel para los extras, que luego registró en múltiples fotos de prueba. También, tras el poco convencimiento que vio en United Artists al asegurar que Jack Nicholson podría ser el protagonista, prometió que usaría sólo rostros desconocidos (y baratos) y que los roles secundarios estarían a cargo de rumanos con las voces dobladas al inglés. "Modestia con orgullo", le llamó. Tampoco funcionó.
Varios de los avances de Napoleón los heredó después Barry Lyndon (1975). El filme aprovechó el conocimiento del director de Europa del siglo XVIII y, en especial, puso en práctica la iluminación con velas que él pensaba estrenar en su proyecto fallido.
Pese al fracaso, Kubrick jamás desechó su archivo. Nunca se convenció de dejar un proyecto tan perfecto, según escribió en sus apuntes: "Tiene todo lo que una buena historia debe tener. Un héroe colosal. Enemigos poderosos. Combate armado. Una historia de amor trágico. Amigos leales y traidores. Y mucha valentía, crueldad y sexo".