La Villa Militar Baquedano se ubica a poco más de 100 kilómetros al norte de Iquique, entre las localidades de Pozo Almonte y Huara. Ahí, donde viven 114 familias de suboficiales de la Segunda Brigada Acorazada "Cazadores" del Ejército, la mitad de las casas resultaron con daños y al menos una decena está inhabitable. Al igual que en otros lugares de la Región de Tarapacá, las personas deben permanecer en carpas.
Pese a la situación en la que se encuentran las familias de los efectivos militares, las labores de ayuda humanitaria continúan y los jefes de hogar deben dejar a sus esposas e hijos para ir a resguardar la seguridad en Iquique, apoyar el retiro de escombros en Huara y trasladar víveres y agua, entre otras labores.
En medio de la Villa Baquedano, en una carpa, está ubicada la familia del sargento segundo Juan Araya. La vivienda que habita hace un mes resultó con daños estructurales, por lo que no es posible utilizarla. El, el panadero de la brigada "Cazadores", se puso a disposición de sus superiores al igual que el resto de los efectivos del regimiento. "Estabilicé a mi familia, los instalé en una carpa fuera de la casa, porque se cayó el techo, y me fui a trabajar", contó Araya.
El sargento llegó hace poco a la Villa Baquedano, trasladado desde Arica junto a su esposa, Paola Celedón, y sus dos hijos. Ella aseguró que entiende el trabajo que realiza su esposo, "nosotros estamos seguros acá y sabemos que su trabajo es estar siempre al servicio del país".
El coronel Osvaldo Vallejos, comandante de la Segunda Brigada Acorazada "Cazadores", resaltó que "los efectivos siguen cumpliendo labores, pese a que también tuvieron problemas con el terremoto". Agregó que "dentro de la brigada habilitamos un campamento de bienestar para entregar alojamiento, alimentación y recreación para los niños, porque por ejemplo recién el domingo pasado llegó el agua a la Villa Militar Baquedano".
En el lugar, además, resultó dañada la escuela municipal que funciona en la villa, adonde asisten 250 niños, de los cuales el 60% corresponde a hijos de militares y el resto a niños de Huara y Pozo Almonte.
El comandante en jefe de la VI División de Ejército, general de brigada Cristián Chateau, explica que además de disponer de cuatro mil efectivos para prestar apoyo en la emergencia posterremoto, se están llevando a cabo acciones para mitigar la catástrofe en el personal y sus familias y operaciones orientadas a la reconstrucción de la infraestructura militar. "Hay muchas viviendas inhabitables o que requieren de importantes reparaciones; estamos poniendo parte de nuestros recursos para llegar a cada una de las familias de nuestros soldados", dijo Chateau.