La semana pasada comenzó el juicio contra Conrad Murray, el médico a quien se acusa de homicidio involuntario en el caso de la muerte de Michael Jackson, y hasta la tarde del miércoles, 27 personas habían declarado en calidad de testigos, con el objetivo de dar al jurado pistas respecto a la culpabilidad o inocencia del doctor.
Se trata de 27 personas que conocieron al cantante o al médico, o que tuvieron alguna participación en los momentos previos a que se declarara la muerte del intérprete de Man in the mirror.
Los primeros en declarar fueron personas relacionadas con la fallida gira This is it, la última que el artista ofrecería. El primero en tomar la banca de los testigos fue Kenny Ortega, el director y coreógrafo de la gira, quien dio a conocer detalles del estado de salud de Jackson durante los días previos a su muerte. Ortega fue seguido por Paul Gongaware, Jefe Ejecutivo de AEG Live, y productor de la gira, quien dio datos clave respecto a los intereses de Jackson porque Murray fuera su médico durante el recorrido por Europa. Por último, habló la abogada Kathy Jorrie, quien redactó el contrato de US$150 mil al que accedieron AEG Live, Murray y Jackson, para que el médico participara en la gira.
En segundo lugar, se presentó personal de la residencia del artista, quien estuvo con él o pudo presenciar los momentos en los que Murray intentaba reanimarlo. El primero fue Michael Amir Williams, el asistente personal del artista, quien habría sido el primero al que el médico contactó cuando se dio cuenta que Jackson había dejado de respirar. "Tuvo una reacción negativa", le habría dicho. El jefe del equipo de seguridad de Jackson, Faheem Muhammad, fue el segundo del equipo en prestar declaraciones, describiendo la escena que encontró al momento de ingresar a la habitación del cantante, quien a esa altura se encontraba acostado en el suelo. El primero en ingresar al dormitorio de Jackson fue Alberto Alvarez, el director de logística del artista, quien recordó haberlo visto acostado en su cama, con la boca y los ojos entreabiertos, mientras el médico intentaba reanimarlo usando una sola mano. La chef personal de Jackson, Kai Chase, comentó, en tanto, que el médico le pidió ayuda desesperado, mientras ella almorzaba.
Robert William Johnson, el siguiente testigo, entregó su opinión de experto al jurado, asegurando que la indumentaria con la que Murray trataba al artista no era la adecuada. A Johnson le siguió Robert Russell, un ex paciente de Murray, quien comentó cómo el doctor lo abandonó, pese a padecer severos problemas cardiacos.
El equipo médico que trató a Jackson tomó el estrado en orden lógico, siendo el primero en declarar el paramédico Richard Senneff, quien dijo que Murray le mintió respecto al tratamiento que le había entregado al cantante, sin reconocer que le había administrado Propofol. Su compañero, Martin Blout, agregó que durante los 42 minutos que estuvieron junto al artista, no pudieron ver ningún signo vital. Por último, declaró la médico de la sala de emergencias, Richelle Cooper, quien corroboró que Murray jamás habló de Propofol, asegurando que sólo le había dado al artista dos dosis de Lorazepam.
Las llamadas telefónicas que Murray hizo y recibió mientras Jackson moría, son parte clave de la evidencia de la fiscalía, por lo que declararon un representante de la compañía telefónica AT&T, y un representante de Sprint/Nextel, para verificar la originalidad de los registros.
Un segundo grupo de médicos tomó el estrado tras las compañías de teléfono. La primera fue Thao Nguyen, una cardióloga que contó a los miembros del jurado que Murray le comentó que había sedado al artista, pero que no pudo justificar por qué lo había hecho. También prestaron su testimonio una doctora de Houston que habló con Murray la mañana de la muerte de Jackson, una paciente del médico, y una voluntaria en su consulta de Las Vegas, quienes entregaron más detalles de la vida profesional del acusado.
Las mujeres de Murray fueron las siguientes en prestar su testimonio, siendo la primera Bridgette Morgan, quien conoció al médico en un club nocturno de Las Vegas. Según recuerda, lo llamó la mañana de la muerte de Jackson, pero éste no le contestó. También lo llamó Stacey Ruggles, una de las empleadas de Murray en su clínica de Houston, pero tampoco le respondió. Pero Michelle Bella, una ex pareja del médico, aseguró al jurado que recibió un mensaje del doctor esa misma mañana del 25 de junio de 2009.
El médico también llamó a Sade Anding, quien le contó a los miembros del jurado que el médico habló con ella, pero que a minutos de comenzar la conversación, éste dejó de hablarle. La madre del hijo de Murray, Nicole Alvarez, confirmó lo que ya habían dicho los fiscales, cuando aseguraron que Murray le había enviado un paquete por correo, dentro del que habían grandes cantidades de Propofol.
El último testigo del día martes fue Tim Lopez, un farmacólogo de Las Vegas, a quien Murray le pedía el Propofol.
El miércoles comenzó con las declaraciones de Sally Hirshberg, una proveedora de medicamentos, quien declaró qué medicamentos había encargado Murray para su consulta en Las Vegas. Le siguió Stephen Marx, un examinador forense que confirmó la veracidad de los correos electrónicos que se obtuvieron del celular del médico. Además, durante su declaración, se pudo escuchar parte de una conversación que mantuvo Murray con Jackson. Finalmente, habló Elissa Fleak, una investigadora de la oficina forense de Los Angeles, quien prestó su testimonio respecto a la colección de remedios con prescripción que guardaba Murray en el closet de Jackson.
Durante el jueves, es espera que continúe el testimonio de Fleak. Además, estaría programada para hoy la publicación del audio que muestra a Murray contando a la policía de Los Angeles cómo murió Michael Jackson.
Esta tarde continúa el juicio, y aunque no están confirmados todos los testigos, existe la probabilidad que Prince Michael, hijo del artista, preste su testimonio, en cuanto fue una de las personas que vio a Murray intentando reanimar a su padre.