Un nuevo estudio dice que los tomates pierden sabor en el refrigerador porque sus genes se enfriaron. Y ahora ese descubrimiento podría ayudar a los científicos a resolver el problema.
Enfriar los tomates a menos de 12 grados C puede frenar la creación de sustancias que le aportan sabor, de acuerdo con investigadores que excavaron en las raíces genéticas del problema.
Eso quita sabor a la fruta, no importa si sucede en el congelador de la casa o en el almacén frío antes de que el producto llegue a los anaqueles de la tienda, dicen los científicos.
Con el conocimiento detallado de cómo pasa eso "podríamos cultivar tomates que cambien eso", dijo la investigadora Denise Tieman, de la Universidad de Florida en Gainesville.
Ella y otros colegas, en China y en la Universidad Cornell en Ithaca, Nueva York, reportaron sus hallazgos el lunes en la revista de la Academia Nacional de Ciencias.
Los científicos mostraron que después de siete días de almacenar los tomates a 3,8 C, algunos perdieron el suministro de sustancias que producen su aroma característico, el cual es clave para su sabor. Tres días dejados a temperatura ambiente no remedió eso y pruebas hechas por 76 personas confirmaron que los tomates fríos no eran tan buenos como los frescos.
Los tomates almacenados solo uno o tres días no perdieron las sustancias de su aroma.
Mayor investigación mostró que el prolongado enfriamiento redujo la actividad de ciertos genes que fabrican esos compuestos, explicó Tieman.
Su laboratorio ya está explorando la posibilidad de cultivar tomates que no pierdan sabor con el frío.
Mientras, "sólo dejémoslos en el mostrador o en un área con sombra" recomendó John Banscher, quien tiene una granja en el condado Gloucester, Nueva Jersey. "Un tomate tiene una vida decente en el anaquel".