Los Tres despiden a su baterista de los últimos siete años y planean nuevo disco
<div align="left">Manuel Basualto, que los acompañó desde 2006, habla de su salida en diciembre pasado</div>
Ocho meses. Entre abril y diciembre del año pasado. En ese lapso, Manuel Basualto trabajó como parte de Los Tres, sabiendo que su destino como baterista del conjunto tendría un solo desenlace posible: abandonar sus filas y dejar el puesto a otro músico.
"En abril tuve una conversación muy franca con la mánager, donde me dijo que había intenciones de cambiar de baterista para buscar otro sonido. Y para mí fue también cerrar un ciclo que empecé en 2006, era concluir una etapa y hacerlo por la puerta ancha, sin despedidas con bombos y platillos ni esas cosas decadentes. El último show me fui, me despedí, llegué a mi casa y chao. El punto es que esa última fecha fue en diciembre, por lo que toqué muchos meses ya consciente de que me tenía que ir. Igual fue raro. Reconozco que hubo un quiebre con ellos, aunque no en mala. Yo me distancié de ellos, porque nunca tuve claro cuándo me iba. Es como que te digan: 'Te quedan seis meses de vida', se cumple ese período y la muerte no llega, cuando lo único que quieres es morirte. Es penca", reflexiona en torno al último giro de los hombres de Déjate Caer: el trío decidió cambiar al percusionista que, bajo la etiqueta de "músico invitado", los acompañó desde su retorno en el nuevo siglo y ocupó el rol del histórico Francisco Molina. En reemplazo ficharon a Boris Ramírez, actual miembro de Primavera de Praga y conocido de Alvaro Henríquez desde las presentaciones compartidas por ambas bandas.
El movimiento busca una variación estilística en el sonido de la agrupación e intenta marcar distancia con el pulso más duro y enérgico establecido por Basualto. Todo con miras a un nuevo álbum que recién cuenta con ideas preliminares, pero que estima salida para la última parte de este año.
"Queríamos variar el 'touch' de las canciones y refrescar un poco al grupo. Era algo que necesitábamos. Probablemente, se va a ir notando en las nuevas composiciones", comenta el bajista de la banda, Roberto "Titae" Lindl. A cambio, Ramírez, que debutó el 16 de diciembre en un show en el Parque André Jarlan, comenta: "Yo tengo mi estilo propio y no me gusta compararme con la gente que estuvo antes. Para mí es un honor tocar aquí y sólo espero cumplir con mi trabajo, porque no me gusta figurar ni sobresalir".
Bajo perfil
Aunque el nuevo baterista de Los Tres no se atreve a detectar las diferencias con su antecesor, sí hay una similitud que late implícita: a ambos les acomoda el bajo perfil y la etiqueta de miembro no oficial que el grupo ha asignado a los responsables de las baquetas y los tambores. Desde su regreso, Henríquez, Lindl y Angel Parra decidieron que los bateristas serían considerados sólo como invitados y que no aparecerían ni en afiches, ni en fotos y no estaban autorizados a dar entrevistas.
"A mí no me gustan mucho las entrevistas, así que está ok. Soy muy piola", define Ramírez. Basualto agrega: "Nunca tuve drama con que hicieran eso. Me daba lo mismo. Igual, tampoco me sentía en las sombras y ni siquiera como el reemplazo de Molina, porque lo respeto mucho. A mí me gusta tocar y con eso me basta, la pasión no se vende. Se dio así y también fue parte de mi opción no aparecer, porque nunca me lo obligaron por contrato. De hecho, nunca firmé ningún contrato, de ningún tipo, con Los Tres".
En contraparte, el hermano menor de Mauricio Basualto, baterista de Los Bunkers, cuenta que siempre le acomodó el rol de hombre fuerte asumido por Henríquez en la banda. "Las decisiones finales siempre las toma él. Es un tipo fuerte, con carácter y autoritario, pero en buena, no en mala. Es como Paul McCartney, porque así deben funcionar las cosas. Alguien siempre tiene que preocuparse de todos los detalles. Más que cabrón, es un tipo súper seguro de lo que quiere, muy riguroso y trabajador. Me enseñó mucho. No concibo esas bandas que ensayan y después se toman un 'copetito'. Con Los Bunkers también es así, medio tiránico, pero se obtienen resultados, no hay nada de malo, sobre todo en un país de flojos como éste".
Alejado de toda flojera, Basualto ya integra dos proyectos: Chiporro, una banda de pop rock con la que alista su debut y varias fechas en vivo ("siento que podemos ser la renovación del pop local", apuesta), y la agrupación tropical Cumbia a lo Pobre. Ambos ya tienen contrato con el sello Plaza Independencia. "Claramente, hay vida después de Los Tres", remata.
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