Marcelo Tinelli debe ser uno de los animadores de la TV argentina con más influencia en la arena política. De hecho la noche del lunes logró llevar a su programa a los tres principales precandidatos argentinos para suceder a Cristina Fernández de Kirchner en la Casa Rosada a partir de diciembre.

Hasta Showmatch llegó el gobernador de la provincia de Buenos Aires y precandidato del peronismo oficialista Daniel Scioli, el alcalde de la ciudad de Buenos Aires y líder del partido de derecha PRO Mauricio Macri y el diputado peronista disidente y postulante del Frente Renovador Sergio Massa. Y lo hicieron acompañados de sus respectivas esposas y dispuestos a hacer un poco el ridículo y aparecer junto a sus imitadores.

Además, Macri bailó, Scioli -que perdió un brazo en un accidente- desafió a su "doble" a ponerse la corbata con una sola mano y Massa reveló que su mujer tenía piojos. Entre medio de las bromas, los tres políticos aprovecharon el momento, y la audiencia, para presentar sus propuestas y lanzar dardos hacia sus contrincantes. Eso mientras sus esposas se dedicaban a revelar sus aspectos más íntimos y desconocidos.

"En la intimidad yo le digo 'papi' y él me dice 'mami'", aseguró Karina Rabolini, pareja de Scioli. Por su parte la esposa de Macri,  Juliana Awada, sostuvo que todas las noches duermen "apretaditos". En tanto, la esposa de Massa, Malena Galmarini, reconoció que no es buena en la cocina y que "aguanta" hace 19 años a su esposo.

La presencia de los tres precandidatos en un programa como el de Tinelli muestra que la farándula también forma parte de la carrera política transandina. De hecho, en 2009, la popularidad que tuvo en Showmatch el imitador del entonces candidato a diputado Francisco de Narváez fue en gran parte base de su triunfo electoral sobre su entonces contendiente Néstor Kirchner, quien dos años después de dejar la Presidencia se postulaba al Congreso. Además, en un programa de Tinelli, en 2001, el entonces Presidente Fernando de la Rúa quedó con la imagen tan cuestionada que ese sin duda fue uno de los factores que meses después lo llevaron a presentar su renuncia, en medio de una enorme crisis económico y social.