Esta semana, el Consejo Nacional de Educación (CNED) aprobó el cierre de la U. Arcis y ahora el Mineduc deberá nombrar al administrador que lleve ese proceso. Este episodio se suma al de la U. del Mar (UDM), que concluirá sus funciones en febrero de 2018.
Pero no son los únicos casos. Desde 2010, según registros del CNED, se han aprobado 40 cierres institucionales, incluyendo las dos Ues. antes citadas. En concreto, 33 instituciones ya han concluido sus operaciones y otras siete se encuentran en vías de concretar su término.
Las estadísticas del CNED revelan que cuatro de estos procesos corresponden a universidades, entre las que figuran la U. Regional de San Marcos y la U. La Araucana. Respecto de esta última y a diferencia de lo que ocurrió con la UDM y la Arcis -donde el Mineduc pidió su término-, fue la misma institución la que solicitó la revocación de su reconocimiento oficial por falta de recursos.
Pero la mayoría de los casos corresponden a centros de formación técnica (CFT). Así, 26 de estos recintos han cerrado desde 2010 y otros cinco tienen su término ya programado.
Según Pedro Montt, presidente del CNED, "hay distintos tipos de cierres. En la mayoría de los casos el mismo plantel solicita el término. Son muy pocos los que son forzosos". Añadió que muchas clausuras de CFT han ocurrido porque han sido absorbidos por institutos profesionales (IP).
Montt explicó que "la situación de la U. Arcis es el segundo caso que mete ruido, además del de la U. del Mar. En general, los cierres de instituciones no han producido grandes traumas, han sido ajustes y de instituciones con poca matrícula".
Similar es la opinión de Raúl Figueroa, director de Acción Educar. "Esto muestra que el sistema de educación superior se va ajustando a las necesidades del país y de los estudiantes. Si el cierre no es traumático y está bien planificado, creo que es un proceso natural", dijo Figueroa, quien añadió que "sería peor que algunas instituciones que no están en condiciones de seguir insistan y ofrezcan educación de mala calidad".
Pero para Carlos Williamson, investigador de Clapes UC, la cifra es preocupante. "En un sistema muy desregulado como el nuestro, donde ha habido poca preocupación porque las instituciones de educación superior tengan viabilidad financiera, muchos cierres se relacionan con dificultades de financiamiento", remarcó Williamson.
"En los CFT hay mucha movilidad y se produce un círculo vicioso: los no acreditados no reciben fondos públicos y sus alumnos se van, muchas veces porque no pueden pagar, entonces se desequilibran financieramente y deben cerrar", añadió el experto de la UC.
En ese sentido, dijo que la situación es "preocupante, porque, aunque sean instituciones con pocos alumnos, estos quedan a merced de planteles en los que pierden su dinero y reciben una formación precaria. La desregulación les cobra las cuentas a las familias".
La reforma
Carlos Williamson considera que con la reforma a la educación superior, actualmente en tramitación en el Congreso, deberían producirse más de estos casos. "Todas las instituciones van a tener que estar acreditadas para funcionar y eso no es algo que se haga de un día para otro, por lo que van a producirse cierres. En el sistema técnico muchos planteles no están certificados, ¿qué va a pasar con esos alumnos", dijo. "No hay diseñado un mecanismo de transición, porque la reforma no está pensada para el mundo técnico", agregó.
Pedro Montt considera que las instituciones se anticipan a los grandes cambios. "Este es un sector que, si lo pensamos como mercado, responde muy rápido a las señales ambiente, por lo que los planteles se adaptan muy rápido. Aún no hay legislación, por ejemplo, respecto del lucro, y ya muchas universidades adaptaron sus estructuras para deshacerse de sus sociedades inmobiliarias", indicó. Añadió que "lo mismo demuestran las fusiones de instituciones que han ocurrido, son adaptaciones".