Pablo Guede, entrenador de Colo Colo, escuchó el nombre de Mario Salas y soltó un cúmulo de elogios. Lo calificó como un "profesional admirable", destacó su "valentía" y afirmó que hoy la UC, el club de Mario, es "el mejor equipo de Chile". En paralelo, Salas, DT de Universidad Católica, escuchó el apellido Guede y devolvió las loas. El argentino, dijo, es un estratega "agresivo" y "difícil de enfrentar". Que dirija en Chile, agregó Salas, es un plus para el torneo. E incluso confesó que hay "cariño" de por medio.
Todo esto ocurrió 72 horas antes del partido que ambos entrenadores animarán hoy en San Carlos de Apoquindo. Se trata, en definitiva, de un encuentro entre dos seres humanos educados y con admiración mutua. Los dos entrenadores más ofensivos del torneo y cuyas metodologías esconden más similitudes que diferencias. La de Salas, casi consagrada y con dos títulos en las vitrinas del club. La de Guede, todavía en vías de titulación, más allá de los problemas en el inicio.
El estilo Guede
El argentino, un ex jugador casi anónimo, se hizo medianamente famoso entre 2013 y 2014 dirigiendo a Nueva Chicago en la tercera división de Argentina. Ahí, dice Emiliano Lentini, periodista de TyC Sports y amigo del entrenador, Guede consiguió un milagro: "¡Jugó al fútbol!". Explíquese, le pedimos. Y el reportero dice: "En una categoría donde todos juegan a no perder, a tirar pelotazos, Guede jugó al fútbol. Metió tres delanteros".
En el semestre en que Guede dirigió a Chicago, Lentini lo entrevistó un número indeterminado de veces y ambos forjaron una relación estrecha. Lo define como un hombre impulsivo, a veces mal genio. Y exigente. Y eso, agrega, lo llevó a tener problemas con algunos jugadores. "El jugador argentino a veces es medio vago, no le gusta entrenar mucho. Entonces la exigencia les puede llegar a molestar un poco", dice.
Según Cristian Gómez, capitán e ídolo de Chicago, Guede demoró tres partidos en plasmar su estilo en el equipo. "El pensamiento de él se lo transmitía a los jugadores y entrenaba como íbamos a jugar el sábado. Mantenía la base de local y de visitante", dice Gomito, como lo apodan en Mataderos.
Explica que era común que experimentara con cambios de posiciones. Que un futbolista jugara un día de central y otro de lateral. Un día de volante y otro de delantero. Y que eso en Chicago, al menos, funcionó. No así en San Lorenzo, dice Lentini: "Ponía a los jugadores en lugares no habituales. Y cuando empezó a tener malos resultados, cambió. Ahí le fue mejor, pero como se fue rápido, todo quedó inconcluso".
La escuela de Salas
En los 22 meses que lleva en la UC, Salas ha vivido una evolución futbolística. Lo explican Jorge Aravena y Nelson Acosta, dos mentores del DT. Aravena lo dirigió en Santiago Morning en 1998, mientras Acosta fue su entrenador en Unión Española y luego su jefe en el cuerpo técnico de Everton. "El entrenador suicida de hace un año ya no existe", dice Aravena. Hoy Salas es un hombre mesurado. Un entrenador maduro que no tiene problemas en meter un volante por un delantero si es que hay que cuidar el resultado.
Y eso, dice, se traduce en el presente de la UC y del propio DT: "Me parece que está en un momento esplendoroso de su carrera. Le veo un gran futuro, por qué no pensar en la Selección", expone el Mortero.
Don Nelson opina: "Mario ha demostrado lo que vale en los equipos; la Católica es un equipo distinto al de antes". ¿Qué tan distinto? "Distinto", responde Acosta, seco.
Ambos consideran que Salas, desde su época de jugador, mostró dotes de líder. Se trataba de un futbolista táctico, consciente de sus limitaciones y adicto a dar instrucciones a sus compañeros.
El paralelo
Guede y Salas se conocieron en 2014 en un amistoso entre Palestino y Huachipato. De ahí en adelante sostuvieron una relación cercana, forjada por el interés del argentino en el estilo del Comandante. Incluso después de que dejara San Lorenzo, y antes de fichar por Colo Colo, Guede visitó San Carlos para ver un entrenamiento de la UC. "Me interesé en hablar con él, lo llamé. Tiene una forma de trabajar muy buena. Admiro su intensidad y todo lo que hace", explica Guede.
Aravena, perito en sistemas tácticos, considera que el parecido entre ambos es innegable: "A los dos les gusta jugar ofensivamente". Sin embargo, repara en una diferencia: "Pero da la impresión de que Mario no es tan suicida como lo es en algunos momentos Guede". Don Nelson, en cambio, oye la palabra "Guede" y suelta un grito. "¡Qué te voy a decir de Guede si no lo conozco!". ¿Se parece a Salas? "Naaah, no me preguntís tonteras".