El delicado estado de salud del ex arquero de la selección nacional, Roberto Rojas, parece empeñado en mantener en vilo al mundo del fútbol chileno. La última noticia que hizo saltar todas las alarmas, estalló anteayer, cuando el mítico ex jugador, radicado en Brasil, fue ingresado de urgencia en la unidad de cuidados intensivos de un centro hospitalario de la ciudad de Sao Paulo tras sufrir un derrame pulmonar.

Se trata del segundo episodio de estas características protagonizado por el guardameta santiaguino en el mismo año. Y es que Rojas ya se había visto obligado a tener que pasar por el quirófano el pasado 21 de marzo para combatir un fallo hepático severo.

Una larga intervención de más de cinco horas de duración había devuelto entonces la sonrisa al entorno del golero, que comienza a temer ahora que la situación pueda volver a complicarse de nuevo.

Última recaída

Una Hepatitis C contraída hace más de 15 años, pero descubierta hace menos de cinco, marcó el inicio del calvario del ex futbolista. A partir de ese momento, el Cóndor tuvo que hacer frente al pago de un caro tratamiento sanitario para luchar contra una enfermedad que comenzó a requerir muy pronto un trasplante de hígado. Un recurso que, con el empeoramiento registrado el pasado jueves, parece haberse vuelto poco operativo: "La situación es difícil. Aunque llegue un donador ahora mismo, no está en condiciones de soportar un trasplante", confiesa Margarita Rojas, hermana del ex cancerbero de Colo Colo, quien sigue de cerca la evolución del cuadro médico manteniéndose en contacto  permanente con Viviane Bruno, la esposa de Roberto.

Una mujer que, como ya había sucedido en los anteriores contratiempos  padecidos por el Cóndor, ha vuelto a erigirse en el principal apoyo del ex jugador.

Roberto Rojas, a quien al ser ingresado de urgencia el pasado jueves se le suministró morfina para contrarrestar el dolor, tuvo que someterse a un "drenado" de pulmón que, en palabras de su hermana, lo dejó realmente extenuado: "Estaba muy cansado cuando hablamos, pero bien de ánimo. Él siempre ha sido un guerrero y no tirará la toalla", explica Margarita.

Optimismo

Pese a que el pronótico médico es todavía reservado y se espera que el ex golero de la selección chilena sea sometido a más pruebas para determinar el alcance real de esta nueva recaída, el optimismo reina entre sus allegados.

"Ayer tuvo una complicación, pero esta mañana ya estaba mejor, más estable. La familia no puede hacer otra cosa que no sea esperar", confesaba a La Tercera la nuera de Margarita Rojas, antes de señalar que cualquier plegaria sería poca si de lo que se trata es de que el Cóndor vuelva  a renacer por enésima vez de sus cenizas: "La familia no se va a rendir y tampoco él, eso seguro. Sólo nos queda rezar y esperar a que se recupere", añade.

Y es que el 2014 ha sido, sin duda, uno de los años más duros en la vida de Roberto Rojas,  que coincide además  con el aniversario número 25 del Maracanazo de 1989, probablemente el más bochornoso acontecimiento deportivo de la historia de Chile, protagonizado el 3 de septiembre de 1989, en el estadio de Río de Janeiro, por el propio arquero.  Un estigma que habría habría de dar al traste con su carrera deportiva y que se saldaría con una ejemplar sanción de la FIFA al seleccionado chileno, privado de competir en el Mundial  de USA  1994. El motivo, la simulación por parte del Cóndor de una agresión por bengala y la posterior retirada del campo del combinado chileno en partido decisivo de clasificación  a Italia 90 ante Brasil.