Lothar Matthäus es una de las principales referencias del fútbol alemán. Jugó cinco Mundiales y tiene el récord de partidos jugados en la máxima competencia planetaria: 25 encuentros. Ganó la Copa del Mundo en Italia 1990 y suma a su palmarés la Eurocopa de 1980 y dos copas UEFA con Inter de Milán. A esa estadística hay que sumar las dos coronas de la Bundesliga que sumó con Bayern Munich. El único trofeo que le fue esquivo fue la Champions League. Su gran decepción fue no haber podido conseguirla en la final de 1999, que Manchester United revirtió increíblemente.

Hoy, el histórico jugador está convertido en uno de los promotores de la Bundesliga a nivel mundial. En esa condición, dicta charlas acerca del exitoso modelo de la competencia alemana. También revela su entusiasmo por las nuevas figuras. En la última semana, habló profusamente acerca de Arturo Vidal. “Es un jugador incansable, que recorre toda la cancha. Es el rey”, dijo, en una de tantas frases elogiosas para el ex mediocampista de Juventus. Destacó su despliegue y sus condiciones técnicas. “En la misma jugada puede comenzar como defensa y terminar como el nueve del equipo”, graficó.

No fue el único guiño hacia Chile. El ex futbolista conoce bien a la Selección y se entusiasma al hablar del flamante campeón de América. Aún tiene grabada la imagen que dejó el equipo de Jorge Sampaoli en el amistoso de marzo de 2014, pese a que la Roja cayó por 1-0, con gol de Mario Götze. En Stuttgart, la Roja fue el amplio dominador del juego. “Chile enamora”, tituló la prensa europea. Sin emargo, no pudo capitalizar sus múltiples ocasiones.

Hoy, a más de un año de distancia de ese duelo, Matthäus desclasifica las sensaciones que le dejó ese duelo a la escuadra que poco tiempo después levantó el título mundial tras vencer a Argentina en la final. Ni siquiera espera que le pregunten por Alexis Sánchez, Bravo o Sampaoli. “Ahora le contaré un secreto. Durante el Mundial de Brasil, el único equipo contra el que no queríamos jugar era contra Chile. La selección chilena era el único equipo al que le teníamos miedo”.

¿Por qué?

Es simple. Cuatro meses antes del Mundial, en un amistoso, Chile le enseñó al mundo cómo se debe jugar contra Alemania. Cómo se tiene que presionar al rival, cómo tienen que contragolpearle. Por eso estuvimos felices de no haber jugado contra Chile en el Mundial.

¿En serio le tenían temor a la Roja? Suena exagerado...

Absolutamente. No le teníamos miedo ni a Brasil, ni a Holanda. Sólo a Chile. No queríamos jugar contra ellos.

¿Pudo ver a la Selección en la Copa América? 

Claro que sí. Un equipo como Chile, que ganó la Copa América,  no sólo tiene un buen jugador. Si lo comparo con un equipo como el nuestro, el que ganó el Mundal del 90, porque le digo que en ese equipo no sólo estaba yo. También teníamos a Andreas Brehme o a Rudi Völler, por nombrarle a algunos. Chile tiene la misma cantidad de buenos jugadores, más allá de que uno se fije particularmente en algunos. Pero son un gran conjunto.

¿Le sorprendió que Chile se haya adjudicado la Copa, superando a rivales históricamente más poderosos, como Argentina y Brasil?

Para nada. No me sorprende que hayan ganado la Copa América. Lo consiguieron merecidamente, por el nivel que tiene su Selección.

¿Qué impresión tiene del trabajo de Jorge Sampaoli y del estilo que fue capaz de darle al juego de la selección chilena?

Cuando un entrenador es campeón, es señal de que ha hecho todo bien. A diferencia del año pasado en Brasil, ahora obtuvieron lo que merecían de acuerdo al fútbol que juegan, que era ser campeones.