Caso Luchsinger: georreferencia de celulares de imputados será pieza clave

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Hoy comenzó el juicio contra 11 comuneros por el atentado de 2013. Fiscalía perfiló parte de su estrategia. Testimonio de José Peralino también emerge como central. Tribunal dispuso estrictas medidas de seguridad.




"Nos atacaron, siguen disparando, mi marido está herido, por favor, vengan luego... Sus Señorías, esas fueron las últimas palabras de Vivian Mackay, antes de ser quemada viva junto a su marido, Werner Luchsinger".

De esta manera, el fiscal jefe de Temuco, Alberto Chiffelle, dio inicio a su alegato de apertura en la primera jornada del juicio oral contra los 11 imputados, a quienes el Ministerio Público acusa de ser los autores materiales del incendio en que falleció el matrimonio Luchsinger Mackay, ocurrido el 4 de enero de 2013, en Vilcún, La Araucanía.

El primer día de este proceso judicial fue tenso. Frente al Tribunal de Temuco se realizaron rogativas mapuche, justo al lado de carros de Fuerzas Especiales de Carabineros. En el mismo lugar, cerca de 150 manifestantes se instalaron a gritar consignas a favor de los imputados. La seguridad también tuvo protagonismo. El ingreso a los juzgados fue controlado y 22 gendarmes custodiaron la sala de audiencias.

Para 10 acusados, la fiscalía solicita la pena de presidio perpetuo calificado. Para José Peralino, no obstante, se pidieron 10 años de cárcel, pues el ente persecutor le reconoce colaboración sustancial en la causa. Su declaración, de hecho, es clave en la investigación, pues habría entregado pistas concretas sobre quiénes fueron las personas que pudieron haber estado tras el crimen. Así se estableció, por ejemplo, que en total fueron cerca de 25 los participantes en el ataque. Chiffelle, en el marco de sus alegatos, presentó al tribunal la estrategia de cómo espera justificar su acusación bajo un eje: la forma en que la declaración de Peralino calza con la ubicación de cuatro imputados, cuya georreferenciación fue posible gracias a las señales de sus teléfonos celulares.

"Sus Señorías, probaremos que los acusados Luis Tralcal, José Tralcal, Eliseo Catrilaf, Juan Tralcal, Sergio Catrilaf, Sabino Catrilaf, Aurelio Catrilaf y el condenado Celestino Córdoba atacaron la propiedad por el sector de la cocina, en tanto que el otro grupo, integrado por Francisca Linconao, José Córdova, Hernán Catrilaf y el delator compensado José Peralino, atacaron el inmueble por el frontis", señaló el persecutor.

Chiffelle, tras relatar cómo ocurrió el atentado, dijo que "el mensaje es claro para quienes padecen directamente los hechos. El mensaje es váyanse. También para su entorno familiar: váyanse. ¿Por qué? Porque les puede suceder lo mismo. Y para el resto de las personas que vivimos en la región, el mensaje también es nítido: no vengan aquí".

El fiscal, además, adelantó que gracias a la declaración de Peralino se pudo establecer que, previo al ataque, los acusados se habrían reunido en la casa de la machi Francisca Linconao, con el objetivo de preparar los últimos detalles. La autoridad mapuche vive a 3,7 km de los Luchsinger.

La noche previa al incidente, una antena de la compañía Movistar situó los celulares de Linconao, Peralino, Luis Tralcal y José Tralcal en la misma celda que cubre la casa de la machi y el lugar del atentado. Los últimos dos, según el Ministerio Público, son quienes dirigieron el atentado.

Además, con la excepción de la machi, el resto de los imputados vive lejos del fundo Luchsinger, a 7 y hasta 12 kilómetros de distancia. "Cabe preguntarse qué hacían en ese sector", dijo el persecutor.

Tralcal Coche, según el Ministerio Público, se defenderá indicando que ese día estaba cumpliendo medidas cautelares por otra causa. No obstante, en los días previos y posteriores al ataque no se realizaron controles para verificar que efectivamente las estuviera respetando. Y respecto de Tralcal Quidel, su coartada sería que esa noche la pasó en un motel. No obstante, la fiscalía planteó dudas sobre la boleta que lo demostraría.

Después del Ministerio Público, los alegatos quedaron en manos del gobierno. Así, hizo uso de la palabra el jefe de la División Jurídica del Ministerio del Interior, Luis Correa Bluas, quien insistió en que este hecho se enmarca en una conducta terrorista: "Produjo terror en una categoría específica de personas. Yo los llamo agricultores, pero también pueden ser huincas o colonos. Como se les quiera llamar".

Finalmente fue el turno del abogado Sergio Arévalo, querellante por las víctimas. El profesional recordó que desde 1999, con el atentado al Fundo Margarita, de Jorge Luchsinger, se iniciaron los ataques a los predios de esta familia, que suman 10.

También recordó que el atentado en Vilcún ocurrió a casi cinco años de la muerte de Matías Catrileo, quien falleció tras el disparo de un carabinero mientras participaba en la toma de un fundo de Jorge Luchsinger, primo de Werner.

Renato González, defensor regional de La Araucanía y representante de la machi Francisca Linconao, indicó que "lo escuchado no es nada nuevo, ya tendremos la oportunidad de decir por qué estimamos que cada uno de nuestros representados es inocente".

Previo a los alegatos de apertura, en el tribunal se discutieron tres incidencias. La primera, solicitada por las defensas, fue que se retiraran las esposas a los acusados. El tribunal, tras consultar a Gendarmería, no lo autorizó.

Luego, los defensores pidieron que desde mañana puedan sentarse junto a sus representados. Eso sí fue aceptado.

La tercera, y más compleja, tiene relación con el arma de fuego que fue incautada el año pasado en el Biobío, la cual, según los peritajes de la policía, habría sido utilizada en este mismo atentado. Por lo pronto, se acordó retirar el documento del sitio web del Poder Judicial que alberga los antecedentes de ese caso. Respecto a si podrá ser incorporado como prueba nueva, los jueces dijeron que eso se discutirá recién en la etapa probatoria.

Al término de la audiencia, el fiscal regional de La Araucanía, Cristián Paredes, indicó que "este es un caso que desafía al sistema penal en su conjunto, porque los únicos testigos perecieron calcinados".

Ingrid Conejeros, en tanto, vocera de la machi Linconao, sostuvo que "en la calle hemos visto mucho apoyo; estamos satisfechos y vamos a mantener la presencia mapuche en tribunales".

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