Pasadas las 10.30 de hoy, los 11 comuneros que estaban acusados como autores materiales del homicidio del matrimonio compuesto por Werner Luchsinger y Vivian Mackay, ocurrido en enero de 2013 en el sector de Vilcún, salieron caminando del Tribunal de Juicio Oral de Temuco. Afuera eran recibidos por cerca de 50 personas -entre los que estaba Jaime Huenchullán, imputado en la Operación Huracán- que hacían rogativas, todos custodiados por efectivos de Carabineros para evitar desmanes. Pocos minutos antes, el juez José Ignacio Rau había leído el veredicto del juicio que se siguió en su contra, en que se determinó que todos los imputados eran absueltos del delito de incendio de carácter terrorista que les había imputado el Ministerio Público y los querellantes.
Así terminaba uno de los casos emblemáticos de la violencia rural en la IX Región, el que sólo tiene un condenado: el machi Celestino Córdova, quien está preso cumpliendo desde 2014 una pena de 18 años por el incendio con homicidio del matrimonio. En esa ocasión, también se desechó aplicar la Ley Antiterrorista.
Fueron más de 30 jornadas las que duró el juicio, en que según estimaron los tres jueces del tribunal, las pruebas aportadas por la fiscalía no fueron suficientes para "derribar la presunción de inocencia que amparaba desde el inicio a los encausados".
Según la acusación que presentó el Ministerio Público, se habrían reunido la noche previa al atentado en la casa de la machi Francisca Linconao para coordinar el ataque. Para 10 de estos sospechosos se pedía la pena de presidio perpetuo calificado, mientras que para José Peralino se solicitaron 10 años de presidio, ya que se le consideró la atenuante de delación compensada.
Tras ser formalizados el 30 de marzo de 2016, muchos estuvieron meses en prisión preventiva. En el caso de Aurelio Catrilaf y Eliseo Catrilaf, su detención duró más de un año y medio, según el registro de la Defensoría Penal Mapuche. Además, las defensas también presentaron recursos, lo que aplazó el juicio (ver recuadro).
De hecho, fue la declaración de Peralino uno de los principales elementos sobre el cual el Ministerio Público elaboró su caso. En octubre de 2015, el ex imputado atestiguó ante la PDI y los fiscales Alberto Chiffelle y Luis Arroyo que habría participado de la reunión en la casa de la machi Linconao y que había sido parte del grupo que atacó la casa de los Luchsinger Mackay. En ese testimonio, el comunero entregó los nombres de los otros presuntos autores y que hoy resultaron absueltos.
La versión del "testigo clave", no obstante, cambió radicalmente en una audiencia judicial del 30 de marzo de 2016. Ahí se desdijo y señaló que había confesado el crimen debido a las presiones que habrían ejercido en su contra dos detectives. Es por esto que uno de los elementos centrales de debate en este juicio fue la veracidad de los dichos de Peralino. Los jueces, en su resolución de hoy, indicaron que la confesión fue introducida debidamente en el procedimiento, pero que faltaron otros elementos de prueba que permitieran corroborar estos dichos. Al respecto, el fallo señala que "la única fuente de información de la que derivan todas las demás probanzas de imputación, respecto de la participación de los acusados, está constituida por las dos declaraciones de José Peralino Huinca prestadas en fase de investigación". Sin embargo, los magistrados estimaron que era necesario que se entregaran más medios de prueba obtenidos de otras fuentes "diferentes y autónomas, que permitieran corroborar el contenido de dichas afirmaciones, lo que no ocurrió en este juicio (...). Dicha información presenta serios vacíos y contradicciones con el resto de la prueba rendida por el persecutor fiscal".
Ya en las afueras del tribunal de Temuco, José Peralino expresó que "yo no soy ningún vendido. Todos tenemos que demandar (al Estado). Yo les dije (a los detectives) ustedes están trabajando mal. A ninguno nos van a meter preso, porque vamos a ir por la verdad. En el tribunal vamos a decir la verdad. Todos tenemos que trabajar juntos y demandar, porque este daño es sicológico". El comunero añadió que "es un dolor también para los Luchsinger Mackay. Lo reconozco, ellos sufrieron, pero la policía tiene que trabajar como debe ser. No agarrando a cualquiera".
El Tribunal de Juicio Oral estimó, además, que la prueba fue "insuficiente" para calificar de terrorista el atentado al matrimonio Luchsinger Mackay, ya que no se pudo demostrar la "intención existente en los autores de estos hechos de causar temor en la población o en una parte de ella, con la finalidad de doblegar sus voluntades".
La machi Francisca Linconao, por su parte, señaló que "lo único que puedo decir es que los fiscales mienten, los carabineros mienten, la PDI mintió. El problema de la PDI por mentir es que nosotros sufrimos. Yo sufrí nueve meses en la cárcel y no debí estar una hora presa, porque yo soy inocente". La mujer dijo, además, que "yo diría que renuncien los dos fiscales: Chiffelle y Arroyo. No diré nada (a la familia Luchsinger), porque ellos me conocen muy bien y no dijeron nada por mí".
Al término de la audiencia, el fiscal Roberto Garrido, vocero del Ministerio Público de La Araucanía, criticó el estándar probatorio solicitado por los magistrados (ver nota secundaria) e indicó que "estamos tranquilos, hicimos un buen trabajo. Hay una persona que ha manifestado cuál fue su participación y, no obstante ello, no se logró la sentencia condenatoria. Se presentaron las pruebas como correspondía, a pesar de las dificultades". El fallo se dará a conocer el 14 de noviembre y ahí definirán si pedirán anular el juicio. El abogado de la familia Luchsinger, Carlos Tenorio, indicó que "me parece que si un hecho como este, en este país no es considerado terrorista, quiere decir que nada es terrorismo".