Luego de casi un año de caminar entre paneles de madera y accesos temporalmente bloqueados, turista y vecinos que recorren diariamente los alrededores de la Municipalidad de Santiago y la Catedral Metropolitana, vieron por fin el nuevo aspecto de la Plaza de Armas, que tuvo diversas mejoras estéticas y de infraestructura, tras 14 años sin ningún tipo de intervención.
"La plaza no ha sido rediseñada en su plano básico, sino que mejorada integralmente atendiendo los múltiples problemas que tenía (…). Cambia la experiencia del visitante, hay mas áreas verdes, más servicios, más tecnología", describió la alcaldesa Carolina Tohá.
Según informó la municipalidad, la intervención tuvo un costo total de 1.667 millones.
Para Marcos Costa (56), vecino de Santiago y que acude a l lugar los domingos "para disfrutar de los grupos folklóricos", los cambios no fueron muy notorios. "No le han hecho absolutamente nada, lo único nuevo son las luces, un par de fierros y unas palmera. Cualquier plaza de provincia es mejor que esta", comentó.
María Pavez, en tanto, quien va al centro para realizar compras, sostuvo que "la plaza está igual ¿Cuál fue el cambio? Ninguno, es una burla lo que hicieron. No hay ni siquiera una pileta para tomar agua".
Al respecto, Tohá recalcó que "no corresponde que cada 15 años reinventemos la plaza" y recaló que hubo un mejoramiento desde el punto de vista del aspecto.
"Es efectivo que las obras se demoraron más de lo presupuestado. Inicialmente era un trabajo de seis meses y terminó siendo de 12. Por diversos motivos. Hubo hallazgos arqueológicos, un abandono de la empresa a cargo del pavimento y también se retrasó porque en el camino se decidió cambiar el tipo de luminaria propuesta. Esa demora valió la pena porque el trabajo está bien hecho", reconoció la edil.
Próximos cambios
Entre las mejoras introducidas destacan 160 nuevas luminarias con tecnología LED, 40% más de árboles, conexión wifi, cámaras de seguridad en línea, señalética con código QR, recuperación portal Bulnes y el adoquinado de la calle Compañía, además de las mejoras en las instalaciones de ajedrecista y pintores. Asimismo, se creó la figura de un administrador de la Plaza de Armas, encargado de la seguridad y limpieza del lugar. "La gente verá un mejoramiento, qué duda cabe, pero por el dinero y el tiempo cerrado, tendremos que ver si lo amerita", cuestionó el concejal (RN) de Santiago, Felipe Alessandri. "El cambio del 2000 se demoró ocho meses y se hizo incluyendo la estación de Metro", prosigue.
La apertura de la Plaza de Armas es sólo el inicio de una serie de modificaciones que la municipalidad quiere implementar en el entorno. Entre ellos, uniformar los letreros de todos los locales comerciales que rodean al espacio y la prohibición de instalar quioscos en esta área.
"Ambas medidas deben ser discutidas y consensuadas con la comunidad y los locatarios. Porque no me parece que se deba imponer una estética en particular, ni que los suplementeros que llevan años en los paseos tengan que irse", afirmó el concejal Alberto Morgado (PPD).
Al respecto, la alcaldesa Tohá dijo que "no hay un afán de imponer una estética del gusto del municipio, sino de preservar la estética del espacio patrimonial". Esta ordenanza será votada en las próximas semanas por el concejo municipal.