Luis Enrique pasó por su primera derrota en la banca del Barcelona, pero nada le quita la calma. Simplificó el análisis al hablar de las razones de la caída, no quiso apuntar a ningún responsable, y mantuvo un discurso humilde de cara a los nuevos retos que se le avecinan a los catalanes.
En la misma línea, no liquidó a Ter Stegen por los errores cometidos en el arco y que le costaron a los blaugrana los primeros goles en contra de la temporada. "Creo que no procede destacar errores individuales, ni hablar de jugadores que no jugaron hoy. No suelo hacer eso. Cuando marcamos goles, marcamos todos y cuando nos marcan, nos marcan a todos. La derrota es en primer lugar mía. Soy el entrenador y el máximo responsable. No ha sido el día que más acertados hemos estado y analizaremos lo que hemos hecho bien y lo que hemos hecho mal", señaló.
Y al momento de buscar las razones al tropiezo en Paris, sostuvo que "la explicación es muy clara. Nos encontramos a un rival del mismo nivel que el nuestro y ha superado nuestra presión, que no ha sido tan buena como esperábamos. Hemos encontrado ocasiones claras al final y pudimos haber igualado. No digo que este resultado sea injusto pero el empate también podría haber sido justo".
"Aprovecharon bien nuestros errores en la toma de decisiones, como por ejemplo en los dos primeros goles, en los que nosotros salimos con el balón controlado. Los conozco y sabía de su potencial. Aspiran a ganar la Champions y lo han demostrado. Por eso no me sorprende", prosiguió.
Barcelona deberá medirse al Ajax en la tercera fecha de la Champions League, mientras que el PSG chocará ante el APOEL chipriota. "Esta derrota nos complica las cosas y demuestra lo difícil que es el grupo. Este juego da sorpresas y no lo tendremos fácil ni en Chipre ni en Ámsterdam", finalizó el técnico.