Luego de la operación a las cuerdas vocales a la que se sometió en junio y de las siete semanas de recuperación que le siguieron, en las que estuvo fuera de los escenarios y del set del matinal Mucho gusto, Luis Jara dice que su voz está mejor que nunca. Que su registro vocal ahora es más amplio y sus agudos, más limpios. "¡A veces siento que estoy cantando como Freddie Mercury!", cuenta con una alegría exultante, tras haber retomado sus funciones en Mega y su gira nacional, y a un mes del lanzamiento del primer adelanto de su decimotercer disco de estudio.
No se trata de un sencillo más para el cantante. El próximo 25 de octubre, Jara hará su estreno en el género urbano con Enamorado, canción de pulso bailable y fórmula reggaetonera en la que comparte voces con los hermanos César y Daniel Morales, del dúo de pop nacional 330 AM. Éstos últimos, de ascendencia gitana y ganadores del premio Pulsar al Artista Revelación de este Año, son además los productores del álbum, en el que el intérprete de Mañana incursiona en géneros como la bachata y suma aliados improbables como La Secta, uno de los precursores del reggaetón nacional.
"En medio de la noticia de mis tumores en las cuerdas vocales los muchachos de 330 AM me llamaron producto de una intuición, de un presentimiento. Yo no estaba bien anímicamente, no estaba para nada inspirado, pero ellos creían que yo podía cantar algo nuevo. Yo pensaba que ellos estaban locos. Finalmente pusieron la canción y me quedé como pocas veces con una sensación de algo mágico, porque esa canción era un éxito", cuenta Jara sobre la génesis del disco, grabado en sus estudios de Ñuñoa y mezclado por Luis Barrera, ingeniero en sonido de Carlos Vives y Ricky Martin.
¿Qué proyección le ve a este álbum? ¿Cree que lo acerca a un nuevo público?
Evidentemente el público se amplía. Nunca se sabe la proyección que pueda tener, pero estoy preparado para que pasen grandes cosas. Ya me lancé con la letra de una bachata muy fina que estamos trabajando, y tengo ganas de hacer una balada sobre el diálogo de un padre con un hijo. Cuando pensaba que estaba todo hecho en la música aparece este proyecto, que cada vez que lo escucho quiero salir a la calle, quiero grabar un videoclip en cada esquina... es ese sentimiento que te da la música que no tiene que ver con la fama, ni con las lucas, sino con lo feliz que soy cantando. Siempre me he sentido orgulloso de mi carrera como cantante y hoy día doblemente.
¿Le gusta el reggaeton? ¿Se imaginó alguna vez que cantaría canciones de este tipo?
Yo no estaba pensando en nada, fueron estos cabros. A mí no se me habría ocurrido jamás pero estoy en sintonía de lo que hace Maluma, lo que hace Ricky Martin, Carlos Vives. Yo escucho esa música, me trastorna, pero nunca pensé que iba a grabar algo así. Si bien es cierto llevo 32 años cantando música romántica, quizás llevaba adentro un rockero, un popero. Lo más cercano a eso que he hecho es Un golpe de suerte y mucha gente me ha preguntado por qué no seguí por esa senda.
El single y el disco tienen un estado de ánimo de celebración, de agradecimiento. ¿Pensó en un momento que no podría cantar más?
Yo en el momento más vulnerable me dije a mí mismo que no podría seguir viviendo si no pudiera cantar más. La verdadera emoción de lo que significa mi voz no la había sentido hasta cuando pudo existir el riesgo de perderla. El otro día alguien me preguntaba sobre cómo veía las cosas de aquí en adelante y (se emociona)... no importa la forma que sea, yo quiero morir cantando. Este proceso me ha servido también para darme cuenta que la carrera que he hecho, la música que hago, es importante que la siga haciendo. Que tengo una obligación y un compromiso social, un compromiso de amor, con cantar.