Su hijo -que se llama igual que él- será candidato a diputado, pero Luis Larraín padre no tiene interés alguno en levantar una candidatura. Aunque no se quedará fuera del proceso electoral que viene, porque desde su cargo como director ejecutivo del instituto Libertad y Desarrollo (LyD) apoyará al abanderado presidencial de la oposición.
No milita en ningún partido, pero dice que tiene domicilio político conocido: "Nosotros, como Libertad y Desarrollo, tenemos una tradición bastante institucional, en el sentido de apoyar a los candidatos de centroderecha con nuestro aporte programático y con profesionales tanto para el trabajo de campaña como para constituir el gobierno, como nos pasó en la administración del ex Presidente Sebastián Piñera".
La aparición, en estos últimos años, de otros centros de estudios, que representan también a la derecha, como Clapes UC y la misma fundación Avanza Chile, ¿no le han restado espacio a LyD en el debate público?
A nosotros, por formación, no nos molesta la competencia. Apreciamos mucho lo que ha hecho Clapes-UC bajo la conducción de Felipe Larraín, que son una voz importante, sobre todo en materia de política económica. Nosotros creemos, modestamente, que en materia de políticas públicas todavía somos más que Clapes y Avanza Chile, pero ellos hacen aportes importantes. Creo que parte del fortalecimiento de la política en Chile tiene que darse por la vía de tener apoyo técnico importante en la propuestas y en eso estamos dispuestos a jugar un rol y colaborar bastante con Clapes y Avanza Chile.
Pero viniendo -el más probable candidato presidencial Sebastián Piñera- de Avanza Chile, ¿no les resta a ustedes influencia en un futuro gobierno?
Por eso nos interesa estar en un trabajo programático, somos modestamente un poco más grandes que Avanza Chile, tenemos más investigadores y eso nos permite estar en varios temas. No le tenemos susto a perder influencia mientras tengamos buenos profesionales, pero esto exige estar constantemente renovando a la gente.
¿Como pasó con la salida de Rosanna Costa, que se fue como consejera al Banco Central?
Exactamente, pero nosotros estamos felices de que en la elección de consejero del Banco Central se considere a gente de Libertad y Desarrollo, pero claro, tenemos el desafío que no es fácil de reemplazarla. Ahora, hemos ideado una fórmula donde tenemos a Susana Jiménez y a Francisco Orrego a cargo de dos subdirecciones. Nos rearmamos.
Apoyo presidencial
¿Tienen definido ya su apoyo a Sebastián Piñera?
Obviamente que Sebastián Piñera hoy es el más probable candidato de la centroderecha y, en ese carácter, nosotros lo apoyaríamos, pero también tenemos una relación con el diputado Felipe Kast, que trabajó con nosotros acá y que está en un intento, a través de su partido Evópoli, de llegar a las primarias. De manera que apoyaremos al candidato que la centroderecha elija.
¿Ideal sería que de ser electo como candidato del sector Sebastián Piñera informara una decisión sobre cómo separará sus negocios de su actividad política?
Sería bueno que, en un plazo razonable, manifieste una voluntad de qué es lo que va a hacer y, obviamente, ojalá pudiera materializar una figura de fideicomiso ciego antes de asumir como Presidente de la República, si es que es elegido.
¿Los acercamientos con los candidatos pasan ya por delinear los desafíos del próximo gobierno?
Claro, el desafío del próximo gobierno, cualquiera que sea, es tratar de volver a poner a Chile en la senda del crecimiento, porque lo más probable es que vamos a crecer sólo 1,5% promedio este año, que es bajísimo, el peor de toda la Alianza del Pacífico. Realmente estamos en una situación como que se hubiera estancado el país, por tanto, el desafío del próximo gobierno es ponerlo en marcha, echando a andar la máquina de creación de riqueza.
El debate económico
El consejero del LyD Juan Andrés Fontaine dijo que Chile está empantanado y el candidato presidencial Alejandro Guillier, que el país se estancó. Si bien ambos apuntan a distintas direcciones, ¿se inscribe usted con esta apreciación de que se pudo haber hecho más en este gobierno?
Definitivamente, el crecimiento económico es muy bajo, no satisface para nada las expectativas que tiene la población ni tampoco la trayectoria que usualmente teníamos en estas materias. Por lo tanto, tenemos un problema serio, donde pueden empezar a exacerbarse algunas de las tensiones que hay en la sociedad chilena, justamente por el bajo crecimiento.
El fin de semana pasado, tanto los ministros de Hacienda, Rodrigo Valdés, como de la Presidencia, Nicolás Eyzaguirre, afirmaron que Chile enfrentaba un problema estructural en materia de crecimiento, ¿comparte esta tesis?
Precisamente, lo que me preocupa más todavía es esa tesis que han planteado, porque me dio la sensación que los ministros Valdés y Eyzaguirre tiraron la toalla.
¿Por qué?
Antes uno escuchaba que el ministro Valdés hablaba de brotes primaverales, que una cifra está mal por cosas puntuales, pero que después vendría una mejor, pero hoy el tono es decir que no vamos a lograr reactivar este país y, por lo tanto, están más bien abocados a otra tarea, que humanamente los entiendo, pero que al país no le sirve, porque ellos han liderado la conducción económica de un gobierno que ha hecho una muy mala performance.
El ministro de Hacienda argumentó -en entrevista con la Tercera- que "lo más estructural es que hemos dejado de crecer vía exportaciones"…
Encuentro inconsistente lo que dice, porque si Chile tiene un problema con las exportaciones que es estructural y que incluso sostiene que viene desde hace 10 años, entonces está claro que requeríamos para este período, en el que él ha sido ministro de Hacienda y la coalición que él apoya ha sido gobierno, un programa que se hiciera cargo de ese tema y que impulsara medidas a favor de la productividad. No obstante, este gobierno ha hecho exactamente lo contrario.
¿Con las reformas?
Ha impulsado una reforma laboral que atenta contra el pago de remuneraciones de acuerdo a la productividad de los trabajadores y una mala reforma tributaria. Ahora, por lo menos, Rodrigo Valdés no dice lo que señalaba el ex ministro Alberto Arenas, que aumentar en tres puntos del PIB la carga tributaria no iba a tener efectos sobre la inversión, pero sale con esta otra tesis de las exportaciones. Es sospechoso que justo haya salido Nicolás Eyzaguirre con una tesis parecida a la del ministro Valdés el mismo fin de semana. Esto parece un operativo para exculpar al gobierno de Bachelet de su responsabilidad en cuanto a esta especie de tapón que le han puesto a la economía chilena.
También en la entrevista el ministro de Hacienda hace un reconocimiento de que "Chile tiene hace rato un problema en términos de concretar inversiones", a propósito de la paralización del proyecto minero Dominga.
Aquí hay una explicación pendiente de cómo está funcionando nuestro sistema de evaluación ambiental. Es más, algunas versiones que vienen de la misma Nueva Mayoría dicen que derechamente aquí hubo una intervención del gobierno para que no se aprobara. Entonces, es como desesperanzador ver, desde el punto de vista de alguien que espera que el ministro de Hacienda esté liderando el proceso de recuperación de la economía chilena, que empieza a dar explicaciones de otro tipo de por qué la economía está desacelerada. Eso tiene como objetivo exculpar a la actual administración de este bajo crecimiento.
¿Pero el ministro Valdés este último tiempo ha hecho una gran arremetida en distintas instancias por el crecimiento?
Si el problema es que ellos están gobernando, no son comentaristas. El como ministro de Hacienda debiera ser el principal interesado en que las cosas cambien si es que hay problemas. Y, a veces, parece que ciertos sectores dentro del gobierno no quieren que se concreten las inversiones. Y, por otro lado, no hay un liderazgo, yo no vi a una figura, que podría haber sido él, que se parara frente al senador Guido Girardi, que se opone al proyecto Dominga, que le dijera que los funcionarios tienen que cumplir su rol técnico y aprobar las inversiones. No vi ese liderazgo, vimos una cosa que es desesperanzadora para la inversión, es como decir: ¡No hay caso con esto!