En hermetismo total, como ha montado gran parte de su figura y de su destino. Bajo esa marca, Luis Miguel aterrizó ayer en Chile, donde ofrecerá una serie de cuatro conciertos que se inician esta noche en Movistar Arena -repite mañana y el viernes- y que rematarán el sábado 18, con su retorno a la Quinta Vergara de Viña del Mar.

Cerca de las 7 de la mañana, el mexicano aterrizó en su avión privado en el sector más exclusivo del aeropuerto de Pudahuel. Luego, se trasladó hacia el hotel Ritz-Carlton, donde se hospedará durante su estadía en la capital. Por lo pronto, no tiene contempladas actividades paralelas a sus espectáculos, aunque los más entusiastas no pierden la esperanza por verlo turistear o a la caza de un buen lugar para el relajo: estará hasta el próximo domingo o lunes en el país, por lo que su agenda está abierta para cualquier instancia extra.

A la hora de mirar sólo el escenario, sus tres recitales en el reducto de Parque O'Higgins están casi agotados y se espera una convocatoria de cerca de 11 mil personas por jornada. Los boletos disponibles aún se pueden adquirir a través del sistema Puntoticket.