"Sergio ha sido el fotógrafo más importante que hemos tenido en la fotografía chilena desde siempre". Con esas palabras iniciales, un nostálgico Luis Poirot recuerda a su colega y amigo Sergio Larraín, que falleció hoy en Ovalle.
Para Poirot, Larraín deja un importante legado, plasmado en gran parte en su obra Valparaíso, "el más importante de la fotografía chilena, aunque no ha sido comprendido". "Muchos piensan que es un viaje turístico de Valparaíso, y no es eso, es un diario de vida personal, pudo haber sido de Melipilla, Talagante o Talca", asegura a La Tercera el artista.
En este diario, relata, Larraín plasmó parte de su mundo, "su conflicto con su padre sin resolver, es un diario personal y es una forma de acercarse a la fotografía con una profundidad que no se había visto en la fotografía chilena".
"Keko", como Poirot llamaba a su amigo, puede ser explicado en una frase que aparece en una de sus obras. "Cuando paseo la mirada por fuera con el rectángulo en la mano, es mi interior que yo busco". Para el fotógrafo, se trata de una descripción de carácter "sintético, como fue él, lúcido".
EL FUTURO DE SU OBRA
Entre las preocupaciones que acongojan a Poirot tras la muerte de Larraín, se encuentra su legado. "Más allá de la desaparición del ser humano, queda la obra", comenta, "la obra está depositada en la agencia Magnum en París, y son ellos quienes han hecho la selección y han publicado las fotos de acuerdo a la visión que ellos tienen de su obra". "Pero es mucho más grande de lo que nos han mostrado", asegura, "me daría pea que Sergio Larraín terminara siendo un fotógrafo de los franceses".
CORRESPONDENCIA
Como colegas y contemporáneos, Larraín y Poirot mantuvieron una correspondencia periódica, "cartas muy hermosas". "Hay una especialmente muy hermosa, que surge después de una discusión que tuvimos en Ovalle, donde le rogué que autorizara la exposición de Valparaíso y él no quiso", recuerda. Y agrega que "yo le dije que no podía negar el conocimiento de la obra a los jóvenes, y como respuesta, me envió una larga carta en la que decía: 'para que se la leas a tus alumnos', y relata cómo había trabajado en Valparaíso, cómo había hecho ese libro".
Según Poirot, existen otras cartas de ese tipo, pero que se trata de correspondencia privada. "Las podría leer a los alumnos, pero no podría permitir que se reprodujeran", dice, aunque adelanta que "ahora veremos, no sé".
"Lo importante", recalca, "es eso y la fotografía, rescatar el legado patrimonial, nacional, que es su obra".