Para el presidente de la encuestadora venezolana Datanálisis, Luis Vicente León, habrá que esperar para ver qué sucede en los próximos días para medir las consecuencias que tendrá el proceso constituyente del Presidente Nicolás Maduro. Eso sí, el analista político, uno de los más reconocidos de Venezuela, explicó en conversación con La Tercera que la sociedad quedará aún más fragmentada tras los comicios, que no son reconocidos por la oposición ni por buena parte de la comunidad internacional.
¿Qué implicancias puede tener la Asamblea Constituyente que quiere realizar el gobierno?
Lo primero que hay que entender es que tras la Asamblea Nacional Constituyente el país queda fracturado, ya que esto solo va a ser reconocido por el gobierno. La oposición va a desconocer el resultado de esa elección, como también lo va a hacer una gran parte de la comunidad internacional, incluyendo a Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y América Latina, por lo cual se abre un período muy extraño en el cual existe una institucionalidad que en efecto mantiene el poder porque controla las instituciones, controla la fuerza y las armas, pero que esta deslegitimada por la mayoría del país. El gobierno va a pasar su Constituyente autorizándola con el poder que teóricamente tiene, que es infinito. El poder de una Asamblea Constituyente no tiene límites.
¿Es lo que se le ha llamado como un suprapoder?
Sí, porque no tiene ningún tipo de regla previa, ni siquiera de tiempo. Ellos pueden estar lo que les dé la gana: cinco meses, un año, tres años, lo que les dé la gana.
¿Qué podría hacer Nicolás Maduro con su Constituyente?
En efecto, hay varias dimensiones en las potencialidades de la Constituyente. Está llamado a, uno, reformar el Estado, con lo cual ellos pueden desactivar las instituciones constituidas, comenzando por la Asamblea Nacional y la Fiscalía que son contrarias al gobierno. También podría nombrar sustitutos como le dé la gana, sin límites. Podría hasta ordenar el apresamiento de líderes y alcaldes opositores. No creo que lo vaya a hacer tan rápido, porque a pesar de que en teoría tendría poderes infinitos, en la práctica tiene el limitante político. Limitante de que, si avanzan mucho, se les pueden ir encima. Se está luchando contra una población que a lo mejor no tiene armas y poder, pero que es mayoritaria y que le puede complicar el panorama. También tiene el riesgo de las sanciones internacionales. Una vez que tenga la Constituyente, el gobierno va a tratar de bajar un poco la tensión.
¿Se podría generar una especie de choque entre dos gobiernos paralelos?
La real duda es si el gobierno de la oposición va a ser un símbolo o va a ser real. Todavía son luchas simbólicas por la capacidad que tiene la Asamblea Nacional de ejecutar cualquier acción si la Constituyente la destituye. Es un gobierno paralelo de palabra, no de hechos.
¿Cómo ve la situación internacional? ¿Quedará aislado Maduro?
Eso es lo que realmente vamos a ver esta semana. Tampoco creo que Maduro use la Asamblea Constituyente de manera completamente desbordada. Va a tratar de bajar la tensión internacional.
¿Cree que la tensión social pueda seguir en aumento a partir de ahora?
Tal vez podría pasar que se masifiquen las protestas en los barrios populares, pero eso no ha pasado.
¿No ha pasado o ha pasado en niveles menores?
Hay eventos, pero son eventos puntuales que los podemos describir. Yo puedo describir los eventos que han ocurrido pero que no son tantos. Claro que ha pasado, pero no está masificado. Pero que no haya pasado no significa que la gente no quiera cambio. Significa que está limitada la participación por otra variable, como el miedo.
¿Cree que podría haber un nuevo diálogo entre el gobierno y la oposición tras la elección para la Constituyente?
Estuvo muy fuerte el diálogo hasta el viernes, que se rompió en la noche. Siempre queda abierta la potencialidad de un diálogo posterior.
¿Cómo ve a la oposición?
Yo creo que hay muchas fracturas, lo que no es nuevo. No hay un solo líder sino que muchos líderes con muchas visiones distintas y muchos intereses encontrados. Es muy distinta a la lucha de la oposición chilena frente a Augusto Pinochet. Es un grupo no solo muy heterogéneo, que también se daba allá, pero que no ha logrado entender que su enemigo es tan grande que sus diferencias internas los debilitan.
El dirigente opositor Henrique Capriles dijo a La Tercera que creía que sí podría haber una insurrección militar porque la cúpula solamente esta con Maduro. Otros analistas dicen que los militares siguen apoyando al gobierno. ¿Cómo ve usted esa situación?
Todos pueden tener razón y todos pueden estar equivocados, porque en realidad ninguno sabe. Todo eso que están diciendo son hipótesis, especulaciones, porque el sector militar es una caja negra. Capriles está diciendo lo que él cree que puede pasar y sí puede pasar, es un escenario, pero también puede no pasar. Esa información no existe concretamente.