Si Lula da Silva fuese el candidato oficialista en las elecciones presidenciales brasileñas, el 5 de octubre próximo tendría la carrera ganada, y en una ronda. Así lo sostiene un sondeo de la consultora de opinión pública Datafolha, que preguntó si el ex gobernante (2003-2010) en los comicios corriese como abanderado del Partido de los Trabajadores (PT), ganaría con el 52% de los votos. De esta forma aparece como una mejor carta que la Presidenta Dilma Rousseff, quien aspira a lograr la reelección y que sólo podría derrotar a Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), en una segunda vuelta.
Rousseff obtendría el 37% de los sufragios, frente al 20% de Neves y 11% de Eduardo Campos, del Partido Socialista Brasileño (PSB). Sólo la semana pasada, durante el Encuentro Nacional del PT donde participó la cúpula del partido, Lula declaró su respaldo a la candidatura de Rousseff y descartó categóricamente postularse en octubre. Junto a eso el ex obrero metalúrgico reiteró que se dedicará a tiempo completo a trabajar en la campaña para que la actual inquilina del Palacio do Planalto sea reelecta.
En las últimas semanas, dentro del PT hubo sectores que se pronunciaron a favor de un posible retorno del ex presidente. Sin embargo, esos movimientos fueron rápidamente silenciados por el propio PT.
Lula, quien al dejar el gobierno contaba con el respaldo de cerca del 80% de la opinión pública, parece hacerle sombra a Rousseff, una política con escaso carisma y que ganó las elecciones de hace cuatro años gracias a haber sido ministra y heredera del ex gobernante.
El sondeo pregunta sobre quién debería ser el candidato presidencial del PT. El 58% cree que debería ser Lula y sólo 19% se inclina por Rousseff. Incluso, cuando la consulta es sólo para los partidarios del partido oficialista, el apoyo a Lula sube hasta 75%. También el sondeo de Datafolha preguntó sobre quién era el candidato más preparado para hacer los cambios que necesita Brasil: el 38% mencionó el nombre de Lula, 19% consideró a Neves y un 15% señaló a Dilma Rousseff.
El gobierno de Rousseff perdió popularidad en los últimos meses y tiene el apoyo del 35% de los consultados, mientras que el 74% declaró que espera que haya cambios en el próximo gobierno que se iniciará el 1 de enero de 2015.
La mandataria brasileña, que en febrero contaba con 44% de la intención de voto, cayó a 38% en abril y a 37% en mayo, según la encuesta. El senador socialdemócrata Aécio Neves (nieto de Tancredo Neves, quien fue electo como Presidente en 1985, pero murió antes de asumir el cargo) ganó cuatro puntos en intención de voto, mostrando una oposición más fuerte ante la aún favorita, la Presidenta Rousseff. Neves, que estuvo estancado en 16% entre febrero y abril, ascendió a 20% en mayo, mientras que el candidato socialista Eduardo Campos pasó de 9% en febrero a 11% en mayo.
Si se consideran los índices de otros ocho probables candidatos a la Presidencia en los comicios, los rivales de Rousseff obtendrían actualmente en total un 37% de los sufragios, lo que pone en duda la posibilidad de la mandataria de lograr la reelección en la primera vuelta. El resultado del sondeo de Datafolha también indica que, en el actual escenario, las elecciones del 5 de octubre deberían definirse en una segunda vuelta, necesaria en caso de que ningún candidato supere el 50%. Las mismas tendencias reflejadas en la encuesta de Datafolha fueron detectadas en estudios divulgados en las últimas semanas por las empresas MDA y Sensus.
Según la encuesta, las expectativas económicas de los electores dejaron de empeorar, lo cual jugaría a favor de Rousseff, pues éste era considerado el principal factor para la pérdida de popularidad de la mandataria. Además, a poco más de un mes de que comience la Copa del Mundo de Fútbol, es aún pronto para apostar en una disputa electoral, según los directores de la encuestadora Mauro Paulino y Alessandro Janoni. "El elector está desinformado y demuestra poco interés sobre la elección", dijeron a la agencia France Presse.