Durante dos años el Museo de Arte Contemporáneo trabajó en la exposición que traería por primera vez más de 50 obras de Marcel Duchamp a Chile. Era, de hecho, la gran apuesta curatorial del museo para este año. Sin embargo, ayer el director Francisco Brugnoli confirmó que la exposición titulada El arte de negar el arte y que se inauguraría el próximo 18 de junio fue cancelada.
El problema radica en ocho piezas que vendrían a Chile, pertenecientes al acervo de la prestigiosa coleccionista italiana Luisella Zignone y que fueron desacreditadas este año por la Asociación Duchamp, dirigida por Jacqueline Matisse, hijastra del artista, quien ahora vela por sus derechos. "Estamos muy impactados, sobre todo porque son obras certificadas que han sido exhibidas en importantes museos del mundo sin problemas. Es un conflicto que escapa de nuestras manos", dice Brugnoli.
Efectivamente, la colección se exhibió en el Museo de Arte Moderno de Sao Paulo en 2008; en la Fundación Proa de Buenos Aires, en 2009, y en la Fundación Prada de Milán, en 2012, entre otras instituciones.
En una carta enviada hace un mes a Francisco Brugnoli, Zignone se muestra sorprendida: "(...) no será posible dar curso al préstamo en cuanto se está intentado aclarar la desagradable situación que se ha creado con la Asociación Duchamp... Me siento sinceramente desagradada, pero las circunstancias no me permiten por el momento hacer otra cosa", anota la coleccionista, quien prestaría documentos, fotos y grabados de Duchamp.
Sin embargo, las ocho obras cuestionadas son clave. Se trata de los ready mades, nombre con el que el artista bautizó a los objetos cotidianos que él tomaba, descontextualizaba y transformaba en obras de arte. Entre ellos estaba La fuente, el afamado urinario con el que Duchamp cambió los paradigmas del arte contemporáneo. También vendría Escurridor de botellas (1914), In advance of the broken arm (una pala para sacar nieve, 1915) y Peine (1917), entre otras.
Eso sí, las piezas no son las originales, sino que están dentro de las 14 copias que Duchamp realizó en 1964 con la ayuda de su amigo, el historiador del arte Arturo Schwarz, y que han sido compradas por museos en Londres, Manhattan y California. "Schwarz es conocido como el gran experto en Marcel Duchamp. El fue quien vendió estas obras a los coleccionistas, cosa que siempre fue aceptada por la Asociación Duchamp. Se dice ahora que la asociación cambió de comisario y que él introdujo la dificultad con el respaldo de las piezas", explica Brugnoli.
El caso Modigliani
Tras exhibirse en el MAC y en la Fundación Itaú (uno de los auspiciadores), la muestra de Duchamp viajaría a la Galería Nacional de Arte Moderno de Roma (GNAM), institución que también estaba en la organización del evento y que prestaría algunas de sus propias obras. "Los abogados de Luisella Zignone le recomendaron inmovilizar su colección, lo que se nos comunicó hace sólo un mes. Junto al GNAM no nos quedó más que asumir la situación", señala Varinia Brodsky, coordinadora de programación del museo.
La suspensión de Duchamp se suma a la del Museo de Bellas Artes, que en abril canceló una gran muestra de Amadeo Modigliani, organizada por el Instituto Modigliani en Roma, el que enfrenta un juicio por falsificación. Brugnoli toma distancia de ese caso. "Desgraciadamente puede considerarse como más que una coincidencia, pero son situaciones distintas. En lo de Modigliani había una historia negra enraizada en el tiempo. Hace años que se venía cuestionando a ese curador, pero lo nuestro es totalmente nuevo. Tanto la coleccionista como Arturo Schwarz son personas muy conocidas que nunca habían tenido problemas", dice el director.
La muestra fue gestionada, además, por el art dealer Jesús Rodríguez, quien antes había traído a Chile, también junto a la Fundación Itaú, la muestras De Rubens a Van Dyck, con pintura flamenca, y grabados de Rembrandt, ambas exhibidas en la Corporación Cultural de Las Condes.
"Por ahora estamos viendo cómo replanteamos nuestra programación. No es fácil, pero estamos seguros que podremos ofrecer la muestra de Duchamp en un futuro. El proyecto no ha muerto", afirma Brugnoli.