Según el pensamiento oriental, el gong es el instrumento más poderoso que existe. Sus ondas sonoras crean una relajación profunda que, si se mantienen incesantemente, ayudan a liberar el cuerpo físico, la mente y el espíritu, formando una atmósfera de meditación y trance. Esta fue la explicación que le dio el maestro de Yoga Kundalini, Puran Prem Singh, al compositor Sebastián Jatz, cuando éste le preguntó sobre la práctica del gong, mientras ambos participaban, en abril pasado, en el encuentro de arte público y performances Espacios revelados. En esa ocasión, el instructor de yoga impartió un taller en el Teatro Novedades al que Jatz asistió.

Además, él mismo hizo una instalación sonora usando siete guitarras que colgó a cielo abierto dentro de la ex fábrica Sima-Metalco. "Durante Espacios revelados asistí al taller de Puran Prem Singh, una sesión de 40 minutos donde tocaba tres gongs, y realmente me impresionó. En general soy muy escéptico, a mí lo que me interesa es el sonido, pero la atmósfera que se crea es muy especial, incluso puede provocar adicción. Esa vez muchos volvieron a hacer el taller, yo mismo asistí a tres de cinco sesiones", cuenta Jatz, quien luego de esa experiencia animó y ayudó a Puran Prem a producir un evento masivo de gongs en algún lugar de Santiago.

La cita se concreta hoy a partir de las 21.30 horas en el MAC de Parque Forestal, en el contexto de Cruces sonoros: mundos posibles, exposición internacional dedicada al arte sonoro, donde Puran Prem Singh liderará la Puja de gong: en el hall del museo se instalarán 10 de estos instrumentos de percusión para ser tocados por 32 músicos, que irán rotando, durante ocho horas continuadas. "Es la primera vez que se reúnen tantos gong para una actividad como ésta, aunque en otros países es más común. La idea es crear un efecto de trance colectivo que incluso puede inducir a tener experiencias visuales", señala el artista.

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Los 400 golpes: instalación sonora de Sebastián Jatz en la muestra Cruces sonoros: mundos posibles. Foto: Prensa MAC.[/caption]

Dentro de la muestra, Jatz presenta la performance Los 400 golpes, en la que una campana de 700 toneladas, instalada también en el hall del museo, es tocada una vez cada una hora; hasta el momento lleva poco más de 200 golpes. "Hace un tiempo estoy trabajando con campanas; he hecho intervenciones sonoras en distintas iglesias como la Catedral de Santiago, la iglesia de San Francisco y de Santo Domingo. Esta campana me la prestaron en el Santuario de Laura Vicuña, donde estaba en desuso. Ahora puede tener nueva vida dentro del mundo del arte", señala el compositor. "La campana va a ser tocada también hoy en la noche y esto tiene muy entusiasmado a Puran Prem por el efecto que pueden lograr los sonidos mezclados de la campana con los gong", agrega.

El 22 de enero finaliza Cruces sonoros:mundos posibles, que reúne a través de exposiciones, performances y charlas a más de 70 artistas chilenos y extranjeros. Una de las figuras de la muestra es el suizo Zimoun, una eminencia en el ámbito del arte sonoro, quien realizó una obra especial para el museo formada por cientos de varillas de madera que, gracias a 230 mini motores, vibran sin césar y generan un zumbido permanente. Entre las obras locales destaca el rescate de Variaciones espectrales (1959), pieza del chileno José Vicente Asuar, uno de los precursores de la música electroacústica y que por primera vez se presenta públicamente.