1979 fue decisivo para el arte chileno. Ese año los artistas Lotty Rosenfeld y Juan Castillo, junto a los escritores Raúl Zurita y Diamela Eltit, formaron el Colectivo de Acciones de Arte (Cada). Con ese nombre realizaron atrevidas intervenciones públicas, en protesta contra el régimen militar: desde reparticiones masivas de leche (Para no morir de hambre en el arte), hasta el rayado de muros en toda la ciudad con el símbolo No+. Ese mismo año, un joven de 23 llamado Alfredo Jaar abandonaba sus estudios de arquitectura para dedicarse al arte político. Mientras que otro, ya artista y un año mayor, Elías Adasme, radicalizaba su obra.
En 1979 Adasme se enteró del fusilamiento y desaparición de dos de sus amigos. La noticia le llegó como un golpe de corriente que cambió para siempre su paradigma artístico: hasta entonces, se había dedicado al grabado. En adelante haría arte contestatario. "Quería transmitir la rabia, que mi arte fuera una respuesta a lo que vivía. También quería que ese arte trascendiera la contingencia política y tuviera un lenguaje universal", cuenta.
Fue entonces cuando salió a la calle. Tomó un mapa de Chile, lo amarró fuera de la estación del metro Salvador y luego, él mismo, vestido sólo con pantalones, se colgó de cabeza al lado del mapa. "Ocupé mi cuerpo como metáfora del cuerpo de Chile, un cuerpo reprimido, desprotegido", dice.
La foto de registro tenía ser rápida para no llamar la atención. Entonces, desde las escaleras del metro salió un grupo de cadetes militares. "Pensé lo peor, que me iría preso. Uno de ellos les dijo a los otros: 'Ah, miren, están haciendo una publicidad de jeans'. Y nos dejaron seguir", cuenta Adasme, quien en esos años trabajaba con los artistas Patricia Saavedra y Hernán Parada.
La acción la repitió durante un año, para luego exhibir las fotos en muros de distintas comunas. En 1982 fueron parte del envío chileno, curado por la crítica Nelly Richard, a la XII Bienal de Arte de París. Nunca más se mostraron. Un año después, Adasme se fue a Puerto Rico y tampoco volvió.
El registro de la performance sale ahora a la luz en la gran exposición Memoria y experimentalidad que el Museo de Arte Contemporáneo de Parque Forestal abre el próximo martes. Durante años un equipo liderado por Francisco Brugnoli, director del museo, contactó a algunos de los artistas más representativos de la época para que donaran piezas a la colección.
El resultado son 78 obras, que luego de más de 30 años pasan a ser parte de la institucionalidad del arte chileno. "Nuestra acción sólo es la de intentar saldar una deuda, como obligación de un museo universitario y del Estado en integrar un importante patrimonio de la memoria del país", dice Brugnoli.
Dentro de las donaciones se cuenta Estudios sobre la felicidad, registro de la primera intervención pública de Alfredo Jaar, realizada entre 1979 y 1981, con encuestas, fotos y vídeos realizados en base a una pregunta clave que el artista le hizo a la gente: ¿Es usted feliz? Simple, pero provocadora, en el contexto de esos años, la obra le hizo a Jaar merecedor de una beca a Nueva York, donde se radicó y terminó de lanzar su exitosa carrera. "La obra fue fruto de mi idealismo utópico que trataba de combinar con poesía, actividad ingenua, pero muy necesaria en aquella época", dice hoy Jaar.
MOVILIZAR MEMORIAS
Tras el golpe de 1973, el MAC es cerrado al público y la actividad artística comienza a desarrollarse al margen de los museos y la institucionalidad del arte. Edificios como el Museo de la Solidaridad y la Unctad, inaugurados en 1972, también se clausuran. Entonces los artistas se reúnen en torno al Taller de Artes Visuales y espacios alternativos, como las galerías Sur, Epoca y Carmen Waugh. En esos circuitos circuló buena parte de las obras que ahora llegan por primera vez al MAC.
Pero también habrá piezas anteriores a 1973. Ya en los 60, los artistas cuestionaron su rol social y comenzaron a experimentar con las técnicas. "Luego del golpe de Estado se asocia la experimentalidad con lo contingente y se ensombrece lo anterior, que fue muy experimental", dice una de las curadoras, Soledad Novoa.
Un cuadro de Balmes sobre la guerra de Vietnam; otro de Brugnoli, que integra a la tela materiales como muñecas de plástico, ropa y fierro, o una pintura de Guillermo Núñez, donde sólo plasma una gran boca dentada, sirven de antecedentes del arte radical de los 70. También hay obras de los pintores Jorge Tacla y Samy Benmayor, quienes en los años 80 jugaron su propia resistencia en el arte, al reivindicar la pintura frente a la instalación y la performance de la Escena de Avanzada.
En paralelo, el MAC acogerá dos actividades vinculadas. Una de ellas es Archivos en tensión, muestra curada por Soledad Novoa y la artista argentina Gabriela Carnevale que reúne documentos, reflexiones y audios en torno al Encuentro de Artistas del Cono Sur que se organizó en Chile en 1972. La otra es la exposición Human Rights/ Copy Rights, organizada por Cristián Gómez-Moya, con obras de artistas como Gonzalo Díaz y Voluspa Jarpa, quienes han trabajado sobre la muerte de Salvador Allende o los archivos que desclasificó la CIA en 1999.
El recorrido finaliza con un verdadero álbum familiar desplegado a muralla completa con 160 figuras de la escena cultural chilena fotografiadas por Inés Paulino hace 27 años. A través del correo, la artista enviaba una copia para que cada retratado la cortara, pintara, rompiera y luego se la mandara de vuelta. La muestra reúne todo el proceso con los retratos convertidos en obras de artistas, escritores, críticos y cineastas como Roser Bru, Milan Ivelic, Enrique Lihn, Cristian Sánchez, José Donoso y Carlos Altamirano. "Hubo gente que no volvió a hablar de esta época hasta mediados de los 90. Más allá de la posición ideológica, política o ética, esta muestra moviliza memorias. Hoy más que nunca debemos mirar nuestra historia", dice Soledad Novoa.
MEMORIA Y EXPERIMENTALIDAD
Cuatro muestras paralelas, desde el 26 de julio hasta enero de 2012. En el Museo de Arte Contemporáneo (Parque Forestal s/n). Martes a sábado de 11 a 19 horas. Domingo de 11 a 18 horas. Entrada liberada.