Después de 12 años de gobiernos kirchneristas en que el sector castrense argentino vio su armamento envejecerse o incluso quedar fuera de servicio por falta de compras y mantenimiento, el Presidente Mauricio Macri aprobó un gasto de unos 40.000 millones de pesos argentinos (unos US$ 2.500 millones) para comprar aviones, patrulleras, blindados y fusiles de combate, entre otros pertrechos.
Así lo aseguró al diario argentino Clarín el ministro de Defensa Julio Martínez quien destacó que el enfoque de esta jugada está puesto en el reequipamiento miliar y el reforzamiento de los controles fronterizos en el norte del país (Paraguay, Brasil y Bolivia). La idea es llevar a cabo esas compras entre 2018 y 2019 para lo que se pondrán en marcha una serie de licitaciones o acuerdos con otros estados, y todo eso será financiado con créditos externos.
Quien se vería más beneficiada por estas compras sería la Fuerza Aérea, que no cuenta con aviones de combate supersónicos después que los aviones Mirage fueran dados de baja, el año pasado. "Durante la guerra de Malvinas (en 1982) la Fuerza Aérea perdió 72 aviones y durante el kirchnerismo casi 100 por falta de repuestos, canibalización (cuando a un avión parado se le sacan respuestos para que reparar otros) o renovación", comentó un brigadier a Martínez, citado por Clarín, al explicarle la crisis en que se encuentra esa rama armada.
De hecho, de concretarse, será la primera compra de aviones nuevos en 40 años. En los años de Menem (1989-1999) se compraron 36 cazabombarderos A4, pero eran de la época de la guerra de Vietnam que Estados Unidos reequipó para su venta.
Se está considerando la compra de 12 aviones nuevos de entrenamiento básico (que pueden ser utilizados en el control del espacio aéreo de las fronteras), cuatro aviones de transporte mediano, cuatro patrulleras oceánicas multipropósito, entre 10 y 30 vehículos blindados para transporte de tropas y la compra de pistolas y fusiles de combate para reemplazar los actuales FAL.