Para un gobierno que ha tomado decisiones económicas complejas, la convocatoria a un paro general 14 meses después del comienzo de esa gestión no parece un obstáculo, sino más bien un "accidente", y donde la verdadera valla a sortear se encuentra en octubre, en las elecciones legislativas de medio término.
Como sea el Ejecutivo del Presidente argentino, Mauricio Macri, enfrentará hoy la primera huelga general desde que llegó a la Casa Rosada, en diciembre de 2015, convocada por la mayor central obrera del país, la Confederación General del Trabajo (CGT).
La medida de fuerza, que pone fin a una tregua tácita de la CGT con el gobierno (ya que había apostado por un tono moderado y por el diálogo), cuya convocatoria no estuvo ausente de vacilaciones y que fue impulsada por los gremios más combativos, es una protesta contra la gestión macrista marcada por el ajuste monetario, el alza de los servicios básicos y la pérdida de puestos de trabajo. Eso pese que la actual administración sostiene que los principales indicadores, como el empleo o la inflación, están mejorando.
Se da por hecho que el paro de hoy se hará notar en todo el país, por la fuerza que tienen los gremios del transporte, pero también debería haber una alta adhesión en el sector de la salud, los funcionarios públicos, en la educación y en el área bancaria. Además, sectores de la izquierda dura prometieron cortar calles con piquetes en puntos estratégicos para impedir el traslado de los trabajadores desde el conurbano bonaerense hasta la ciudad misma de Buenos Aires, donde se concentra la mayor actividad.
Juan Carlos Schmid, uno de los integrantes del triunvirato que lidera la CGT, dijo en declaraciones a la radio local Mitre que "estamos cuestionando el trazado económico que lleva adelante el gobierno. Nuestra responsabilidad es exponer el malestar social sobre la mesa". El dirigente dijo que ellos convocaron a no acudir a los puestos de trabajo pese al llamado de otras organizaciones a hacer piquetes y movilizarse.
El martes, Mauricio Macri se reunió con sus ministros y buscó alentarlos días después de una multitudinaria manifestación a favor de su gobierno el sábado, y horas antes de la realización del paro nacional. "¡No vinimos para quedar bien! Sino a llevar adelante las decisiones y las peleas que hay que dar para hacer lo que tenemos que hacer", sostuvo, según el diario La Nación.
Pero, de acuerdo al periódico Clarín, el gobernante fue más allá. Afirmó que "el mandato de la gente es que hagamos las cosas que son incómodas. Lo que nos están diciendo (con la manifestación del sábado) es que no aflojemos". Y apuntó a los que quieren desestabilizar su Ejecutivo ya sea desde el peronismo kirchnerista y desde el peronismo sindicalista: "O los mafiosos van presos o nos voltean".
Ya el lunes Macri había declarado: "Respeto, compañeros sindicalistas, su decisión de hacer un paro, pero no la entiendo y no ayuda en nada a los trabajadores". Así dijo que esa decisión le costará a Argentina unos US$ 939 millones.
"Este paro responde a la gimnasia preelectoral de cara a las elecciones", opinó hoy el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en referencia a los comicios legislativos que se celebrarán el 22 octubre de este año. Los analistas consideran que si el gobierno no logra un buen resultado en esas elecciones será muy difícil remontar en los dos años que le restan para pensar en una eventual reelección de Macri.
Por su parte, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, calificó el paro como "ilegítimo y sin sentido" y el titular de la cartera del Trabajo, Jorge Triaca, acusó a los sindicatos de mantener un tono que "no corresponde al diagnóstico que está viviendo la sociedad".
En sus primeros 14 meses de gestión, el Ejecutivo de Macri ha tratado de poner en ruta la economía del país, después de los 12 años de gobiernos kirchneristas. Las cifras muestran que la economía parece estabilizarse, pero aún desconciertan las cifras sociales, muchas de las cuales se mantuvieron ocultas o no eran controladas en la última fase de la era kirchnerista. Así, la pobreza afecta a un tercio de la población, de 42 millones de habitantes. En 2016 el desempleo fue de 8,5% y unas 250.000 personas perdieron su trabajo.
El año pasado la economía se desplomó 2,3%. En estos 14 meses la inflación superó el 40%, pero la escalada se atenuó a fines de 2016. Consultoras estiman que este año será de 25%, pero el gobierno tiene como metal el 17%.