El recién asumido Presidente francés, Emmanuel Macron, comenzó a mover sus fichas y de inmediato remeció el tablero al elegir a un primer ministro de derecha en su apuesta por conseguir una mayoría parlamentaria en las elecciones legislativas de junio. Se trata de Edouard Philippe, delfín del ex primer ministro Alain Juppé, quien presenta un perfil que lo convierte en una suerte de alter ego conservador de Macron, partidario como él de trascender las barreras ideológicas tradicionales. Al igual que el mandatario, proviene de la misma elite educacional.

Según el diario británico The Guardian, su designación es vista como una jugada estratégica de Macron para desestabilizar a la ya dividida derecha francesa y convencer a los políticos conservadores para que respalden a su movimiento La República en Marcha.

Philippe, de 46 años, es alcalde de la ciudad portuaria de Le Havre en Normandía y pertenece al Partido Los Republicanos, que fue liderado por Nicolas Sarkozy hasta el año pasado y cuyo candidato François Fillon fue derrotado en la primera vuelta de las elecciones en abril.

Su designación, estima la revista británica The Economist, genera un equilibrio político para un Presidente cuyas raíces son de izquierda, pero que ha prometido gobernar desde el centro. En la misma línea, el diario Le Monde señala que la designación es una estrategia de Macron para explotar a la derecha, ya que desde su elección el mandatario ha estado enviando mensajes y estableciendo un diálogo directo con los conservadores, dando un tratamiento especial a los "juppeistas".

Unos 20 legisladores del centro y la derecha -entre ellos el alcalde de Niza, Christian Estrosi- pidieron a sus partidos, apenas se conoció el nombramiento, que respondan a la "mano tendida" por el mandatario.

Sin embargo, el partido conservador Los Republicanos se distanció del nuevo primer ministro, al tiempo que le pidió que aclare su posición con respecto a las elecciones legislativas de junio. Macron, cuyo movimiento nació hace apenas un año, necesita una mayoría en la Asamblea Nacional.

"Tradicionalmente, el primer ministro es el jefe del partido del Presidente. Philippe debe aclarar si apoya a los candidatos del partido del Presidente o a los nuestros", declaró el secretario general de Los Republicanos, Bernard Accoyer.

Pocos minutos después de que la Presidencia anunciara el nombre del primer ministro, Accoyer descartó que ese nombramiento responda a un acuerdo entre Macron y su partido. "Es una decisión individual" de Philippe que conlleva "cierta ambigüedad sobre el programa de gobierno que se va a aplicar", aseguró el secretario general.

El diario Le Monde señaló que la elección de Philippe establece la voluntad de ampliar y rebalancear la mayoría presidencial. Serán las elecciones de junio las que calibrarán los primeros efectos de esta operación, mientras que los líderes de Los Republicanos se aferran a la esperanza de una revancha en las urnas para imponer a Macron un gobierno de cohabitación.

The Economist señala que aunque Philippe y Macron se encuentran en lados opuestos del espectro político, comparten el 90% del pensamiento. Philippe estudió en Ecole National d'Administration, que ha educado a tres de los últimos cinco Presidentes franceses. Sin experiencia ministerial, Macron pretende que sea su carta para renovar la vida política.

"Igualmente importante, Philippe puede ayudar a Macron a destrabar más deserciones de Los Republicanos en un momento en el que necesita ampliar su base si quiere formar un gobierno estable", añadió la revista.

Actualmente el movimiento de Macron no tiene diputados en la Asamblea Nacional que hayan sido elegidos bajo República En Marcha, pero ha señalado que tendrá candidatos para la mayoría de los 577 distritos. Las encuestas dicen que el movimiento, convertido en partido, podría ser la mayor colectividad en la Asamblea tras las elecciones del 11 y el 18 de junio, pero no lograrían tener la mayoría (289 escaños). En total, La República en Marcha ha anunciado 511 candidatos.