Con un ritmo acelerado de reformas, Emmanuel Macron está camino a consolidar su sello. A seis meses de su arribo en el Palacio del Elíseo, en este breve período ha querido demostrar que se mueve con rapidez y que cumple con sus promesas. El ex ministro de 39 años y el Presidente más joven de Francia, ha optado , además, por alejarse de la centroderecha y la izquierda tradicional, con su partido de centro República En Marcha. Así, su gobierno es actualmente catalogado de social liberal.

Según una encuesta de Harris Interactive difundida el sábado, apenas el 35% de los franceses está satisfecho con los primeros seis meses de Macron -en junio contaba con el 60%-, mientras un 59% se considera insatisfecho. La misma encuesta consultó sobre los adjetivos que se les vienen a la mente a los consultados al pensar en los primeros meses de la era Macron: "Presidente de los ricos", "arrogante" , "pretencioso" y "decepcionante", fueron los que más se repitieron.

De todas formas, cercanos al mandatario sostienen que poco le importan las encuestas, ya que su tarea se basa en darle grandeza a su gobierno y devolverle a Francia influencia en el escenario mundial, después de los períodos de Nicolas Sarkozy y François Hollande.

Hasta ahora, las reformas de Macron han sido impopulares, especialmente la laboral, que ha generado masivas manifestaciones en toda Francia. La medida más polémica tiene que ver con la eliminación parcial del impuesto sobre la fortuna que pagaban los ciudadanos franceses con un patrimonio superior a 1,3 millones de euros. Así, tras su aprobación en la Asamblea Nacional el 20 de octubre, estas personas dejarán pagar impuestos por bienes de lujo, como yates o aviones privados. Sin embargo, continuarán pagando tributos por sus bienes inmuebles.

"Hay cierta impresión de que el Presidente ha hecho más por la gente con buena situación, que por la gente que tiene dificultades. Es una impresión, habrá que ver con el tiempo", señala el político francés Jean-Paul Huchon (ver entrevista).

Pero Macron no parece ceder a las críticas de la calle ni de la oposición, sino que camina convencido de que al fin de su mandato, estas reformas impulsarían el crecimiento económico y disminuirían el desempleo.

A las reformas que ya ha llevado a cabo se suman la ley sobre la moralización de la vida política, que prohibe a los parlamentarios emplear a miembros de sus familias y elimina la "reserva parlamentaria" que permitía distribuir subvenciones. También se cuenta el fin al estado de emergencia luego de dos años y la ley que refuerza la lucha contra el terrorismo.

En el caso de las reformas que están en curso, además del impuesto sobre la fortuna, figura el aumento de la Contribución Social Generalizada (CSG), impuesto destinado al financiamiento de la protección social, y la exención del impuesto a la vivienda para el 80% de los hogares para 2020.

Dentro de las reformas en plena preparación, están las relacionadas a la formación profesional, el aprendizaje, el desempleo y la jubilación. Al mismo tiempo, los analistas sostienen que Macron apunta a convertirse en líder de Europa, con su idea de refundar el Viejo Continente, fortalecer la UE y posicionar a su país como actor clave.