Hay un dato de Mad Max: Furia en el camino que es importante tomar en cuenta. Según ha contado su creador, director y guionista de la saga, George Miller, no hay mayor uso de CGI -imágenes generadas por computador-, que para una secuencia de la película en que hay una tormenta. Algo necesario, simplemente porque no es posible hacer calzar una tormenta durante el rodaje de una cinta.
Este dato es importante, porque más allá de los protagonistas de la cuarta entrega de Mad Max -Tom Hardy como Max Rockatansky y Charlize Theron como Imperator Furiosa-, la espectacularidad visual de la cinta es un factor primordial. Y el hecho de que no se ha abusado de imágenes digitales ayuda a asegurar que la película, que cuenta la historia de cómo Max y Furiosa se terminan uniendo en un viaje que tiene como fin conseguir que las mujeres conocidas como Las cinco esposas, escapen de las redes del malvado Inmortan Joe (Hugh Keays-Byrne), va a sentir menos el paso del tiempo que grandes producciones que usan pocos escenarios reales y evitan realizar escenas de riesgo.
Y si hay algo que se ve en esta cinta son escenas de riesgo -además de peleas y explosiones por doquier-, durante las constantes persecuciones a través de este árido y poco amigable escenario post-apocalíptico creado por las guerras para conseguir combustible y un elemento tan básico para la vida como es el agua.
Obviamente, la cinta no se queda solo en la acción y en la forma -por muy espectacular y cuidada que sea-, sino que analiza a la sociedad actual y, como rara vez ocurre en Hollywood, muestra personajes femeninos fuertes.