Dos partidos muy diferentes caracterizaron las semifinales femeninas del Abierto de Estados Unidos, que fueron inesperadamente disputadas sólo por jugadoras locales luego de una serie de sorpresas en las fases previas, en las que cayeron las principales cabezas de serie.
Madison Keys (22 años y 15ª) superó esta noche por un cómodo a CoCo Vandeweghe (25 años y 20ª) por 6-1 y 6-2, en un duelo absolutamente desequilibrado, pese a que la ganadora tuvo que ser asistida por problemas en la rodilla derecha, por la que debió salir de la cancha cuando se encontraba ya 4-1 en el segundo set. Vandeweghe había dado el gran golpe en cuartos de final, al deshacerse de la hasta ahora número uno del mundo, la checa Karolina Pliskova, por 7-6 (4) y 6-3. Por esta derrota, la nueva reina del tenis será la española Garbiñe Muguruza, quien aparecerá en la cima de la WTA el próximo lunes.
El duelo entre Keys y Vandeweghe fue el tercero que disputaron como profesionales, con balance absoluto a favor de la primera, quien había sumado triunfos precisamente este año en los torneos de Stanford y Cincinnati.
En la primera semifinal, Sloane Stephens, 24 años y número 83 del ranking mundial, sorprendió a su veterana compatriota Venus Williams (37 años y 9ª) al derrotarla por 6-1, 0-6 y 7-5, con lo que alcanzó la primera final de Grand Slam de su carrera, lo mismo que Keys.