El ex inversionista estadounidense Bernard Madoff, encarcelado por orquestar una de las mayores estafas jamás conocidas, reconoce que intentó dejar el negocio piramidal que montó, pero la ambición de sus clientes le arrastró.

"Dije a todos que no invirtiesen más de lo que pueden perder (...) inviertan en Obligaciones del Tesoro. Todos comprendieron el mensaje, pero todos eran ambiciosos y yo continué, lo que no es una disculpa", cuenta Madoff, en una entrevista publicada hoy en el semanario luso "Expresso".

El financiero asevera que los bancos y los fondos -grandes clientes de Madoff- "tenían que saber que algo ocurría" con sus inversiones, ya que reembolsaba intereses extraordinarios que rondaban el 15%.

"El presidente del Banco Santander me buscó, el de Credit Suisse, el de UBS, tenía a todos esos bancos. Allí sentados ellos me decían: 'Sólo tú puedes conseguir'. Así se alimenta nuestro ego", reconoce.

Madoff, que a sus 72 años cumple una condena de 150 años, relata que en prisión los otros reclusos le respetan: "Mi notoriedad les impresiona. No debía de ser así, pero es".

El financiero repasa su situación familiar y desvela el choque que le produjo el suicidio de su hijo Mark, de 46 años, quien se quitó la vida en diciembre de 2010, cuando se cumplieron dos años de la detención de su padre.

"Lloré más de dos semanas. Lloré y lloré. No salía de mi celda. No hablaba con nadie", recordó Madoff, quien explica que no ha vuelto a ver a su otro hijo, su esposa y su hermano.