Después de seis días en Río de Janeiro, Madonna dejó la ciudad el sábado para regresar a Nueva York donde reside con sus hijos y su novio 28 años menor Jesús Luz, y partió satisfecha.

Porque luego de varias reuniones con magnates del país, la cantante estadounidense logró su objetivo: recaudar de 11 millones de dólares para un programa educativo en escuelas de las principales ciudades brasileñas. El dinero recaudado "es el doble de lo que el alcalde de Rio tiene la intención de destinar a cultura en 2010 a través de fondos recogidos por la ley Rouent", que libera de impuestos a empresas que financian proyectos culturales, afirma el diario de Rio O Dia.

Así, la estrella de Like a Virgin suma una labor más a la fundación Raising Malawi, que incluyen proyectos como la creación de un hogar de niñas huérfanas en el país sudafricano, donde adoptó a sus dos hijos, y que inauguró hace semanas atrás.

Durante su visita a Brasil, la intérprete conoció a la familia de su pareja y realizó varias actividades sociales, incluyendo la visita a una favela bajo fuerte protección policial.

Y el jueves la artista cenó en casa del empresario carioca Eike Batista, el hombre más rico de Brasil, en compañía del gobernador y el alcalde de Río. Según Folha de São Paulo, Madonna lloró después que Batista le preguntara cuánto dinero le faltaba para llegar a los diez millones.

La cantante respondió que siete, y el empresario filántropo los donó.

Un popular presentador brasileño, presente en la cena, confirmó en Twitter que la donación fue de "siete dígitos", aunque sin especificar la cantidad.

No obstante, la web oficial de Raising Malawi, la fundación de Madonna y el rabino de la Cábala Michael Berg, no hacía hasta ayer ninguna mención de la donación.