La cantante Madonna, que el próximo 2 de agosto actuará en la ciudad rusa de San Petersburgo, no quiere rosas rojas ni fumadores a su alrededor y pide silencio durante sus sesiones de yoga, informó hoy la agencia RIANóvosti.
Según la corporación PMI, organizadora del concierto, la artista estadounidense llegará a la antigua capital de los zares la víspera de su actuación y se alojará en la suite presidencial de uno de los mejores hoteles de la ciudad junto al Nevá.
"El hotel fue elegido por los representantes de la cantante que viajaron a San Petersburgo a principios de mayo. La habitación estará decorada con flores, pero por deseo expreso de Madonna no habrá rosas rojas", señala un comunicado.
Los organizadores indicaron, además, que la artista podría viajar acompañada de sus hijos, por lo que se preparará una habitación infantil especial para ellos.
Madonna llegará a San Petersburgo acompañada de su cocinero personal y un equipo de más de 300 personas, entre las que se cuentan especialistas de Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, Francia, Brasil, Japón y Sudáfrica.
Además, la cantante acostumbra a practicar aeróbic y yoga por las mañanas, por lo que pidió que nadie la moleste a esas horas, ni siquiera con llamadas telefónicas, agrega el comunicado.
Madonna, que lleva una vida sana, no soporta el olor a tabaco, por lo que sus representantes han pedido que no se fume en toda la zona territorio que rodea la plaza de Palacio, donde se celebrará el concierto y que alberga el histórico museo del Hermitage.
Todos los equipos llegarán a la antigua capital imperial en más de 60 camiones y el montaje del escenario comenzará aproximadamente una semana antes del concierto, que se celebra en el marco de la gira "Sticky & Sweet".
El precio de las entradas oscila entre los 64 y los 322 dólares, aunque para acceder a la zona VIP habrá que desembolsar hasta 965 dólares.
Para entrar en las dos zonas reservadas para los fanáticos de la diva habrá que pagar entre 113 y 161 dólares.
Madonna ofrecerá así su segundo concierto en Rusia, tras el que llevó a cabo en 2006 en Moscú, donde a pesar de las manifestaciones de los círculos religiosos que protestaban por su crucifixión en directo, desarrolló su espectáculo "Confessions" ante más de 50 mil espectadores en el estadio Luzhnikí de la capital rusa.
El pasado abril, el director del Museo del Hermitage, Mijaíl Piotrovski, exigió que la cantante evite actos de sacrilegio durante su actuación en San Petersburgo.
"Pedimos garantías de que en la plaza del Palacio no habrá ningún acto sacrílego. Pueden acusarme de violar la libertad de expresión, pero en esta plaza tenemos un ángel con la cruz", dijo sobre la figura que corona la Columna de Alejandro, erigida en honor de la victoria sobre Napoleón Bonaparte.
Piotrovski recordó que el Vaticano ha criticado la crucifixión en directo de Madonna durante su ejecución de la balada "Live to tell" en su gira 2006, que la Iglesia Ortodoxa Rusa ha calificado por su parte de "sacrilegio" y un acto ofensivo para los cristianos.