El fuerte calor veraniego de Madrid, una de las cuatro ciudades que aspiran a organizar los Juegos Olímpicos 2016, y su falta de playas arenosas podría hacer que algunos visitantes no prefieran la capital española, pero la ciudad tiene mucho que ofrecer.
El refugio del sol abrasador puede buscarse en un museo de arte o en un frondoso parque, y los turistas pueden probar las "tapas" y las "cañas" en una fresca terraza. Luego está la noche para quemar las calorías.
Madrid alberga a poco más de 3 millones de personas y atrae a millones de turistas más cada año con su rico patrimonio cultural, diversa arquitectura, cientos de restaurantes y bares, y una merecida reputación como parte central de Europa.
La ciudad se encuentra en el centro de España, entre el río Manzanares, en una meseta a unos 650 metros sobre el nivel del mar, con un paisaje que se eleva abruptamente hacia el noroeste en la espectacular Sierra de Guadarrama.
Los alrededores de Madrid ofrecen sitios históricos como El Escorial, con su impresionante Palacio Real; Alcalá de Henares, la cuna de Cervantes, y Segovia, con su acueducto romano y su antigua catedral gótica.
Madrid es conocida como la ciudad de las 1.000 caras, debido a la diversidad de sus estilos arquitectónicos, donde es posible encontrar desde los imponentes edificios del siglo XVI alrededor de la Plaza Mayor, pasando por construcciones barrocas del siglo XVII hasta lugares art deco o sitios modernistas.
MAYORES PLACERES
Madrid ha cuadruplicado su tamaño en el último medio siglo, pero la mayoría de los principales sitios turísticos se encuentran dentro de un área central transitable, de fácil acceso gracias a un metro limpio, seguro y eficiente.
Comer y beber es uno de los mayores placeres de la ciudad, y las cenas se puede extender hasta las primeras horas de la mañana.
La ciudad ha conservado muchas de sus tradicionales tabernas con sus tallados de madera y zinc, mesas de mármol y azulejos de cerámica de llamativos colores.
El restaurante Botin, cerca de la Plaza Mayor, afirma ser el restaurante más antiguo del mundo, que data de 1725. El lugar era el favorito del escritor y aventurero estadounidense Ernest Hemingway.
Platos típicos son el "cocido madrileño" (un guiso con distintos tipos de carne, verduras y garbanzos) y el cochinillo (cerdo cocido tan blando que la carne puede ser sacada del hueso con el borde de un plato).
Las "tapas" de las diversas variedades de jamón, de albóndigas, papas picantes, chorizo, tortilla de papas, queso manchego y camarones a la plancha pueden ser acompañadas con excelentes vinos españoles, con el refrescante tinto de verano (vino tinto con bebida soda de limón) o las cervezas locales.
Cuando las temperaturas se elevan sobre los 40 grados Celcius en julio y agosto, los magníficos museos de arte o los parques bien cuidados son los que proporcionan un escape.
El gigantesco Museo del Prado posee la colección más fina del mundo de la pintura española desde el siglo XII hasta el siglo XIX, constituyéndose en el mejor lugar para los amantes de Velázquez y de Goya.
Decenas de teatros ofrecen clases de ballet, ópera, música clásica y zarzuelas, y muchas salas de cine tienen una amplia selección de películas en versión original.
Para el aficionado o el simple curioso, está la Plaza Monumental de las Ventas, considerada la arena de toros más importante del mundo.