El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, abogó este miércoles por establecer "una agenda de trabajo positiva" con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, durante una conversación telefónica con el secretario de Estado, John Kerry.
Maduro pidió a Kerry "establecer y dejar una agenda de trabajo positiva para la próxima administración en pro de las relaciones bilaterales", según un comunicado de la Cancillería venezolana.
Más temprano, en otra nota de ese despacho, el gobierno venezolano instó a Trump a mantener relaciones de respeto, al felicitarlo por su victoria sobre Hillary Clinton en las elecciones del martes.
Caracas hizo votos para que durante la gestión del magnate inmobiliario "impere el respeto a los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas" en cuanto a "igualdad soberana" y "autodeterminación" de los Estados.
El texto subrayó que ello solo es posible mediante "relaciones políticas y diplomáticas bilaterales respetuosas".
Heredero de la retórica antinorteamericana del fallecido mandatario Hugo Chávez (1999-2013), el gobierno de Maduro también exhortó a que se puedan establecer "nuevos paradigmas" entre Estados Unidos y América Latina basados en la "no intervención en los asuntos internos".
Maduro acusa al gobierno de Barack Obama de apoyar los planes de la oposición venezolana para desestabilizar el país -sumido en una profunda crisis política y económica- y propiciar un "golpe de Estado" en su contra.
Hace cerca de un mes, el gobernante socialista afirmó que Venezuela no podía esperar "nada bueno" ni de Clinton ni de Trump, pues no venían con "buenos deseos e intereses" hacia el país con las mayores reservas petroleras del mundo.
Estados Unidos y Venezuela han mantenido tensas relaciones durante la era chavista, y desde 2010 ambos gobiernos carecen de embajadores.
Líderes opositores reaccionaron con cautela a la victoria electoral de Trump y esperan que no expulse a los venezolanos que emigraron a Estados Unidos. El excandidato presidencial Henrique Capriles dijo respetar la "decisión del pueblo norteamericano", aunque mostró preocupación por sus compatriotas inmigrantes.