Una "búsqueda de precios justos". Así catalogó el Presidente venezolano, Nicolás Maduro, en Qatar, su gira por Medio Oriente. Sin embargo, el viaje, que ayer entró en su última etapa, cuando el mandatario arribó a Argelia, no ha logrado los resultados esperados sobre una postura común frente a la producción petrolera que ayude a revertir la caída del precio del crudo.

En su paso por varios países miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) -Irán, Arabia Saudita, Qatar y Nigeria-, Maduro ha buscado discutir el desplome de los precios del crudo que ayer cerró por debajo de los US$ 50 el barril.

Esta situación ha estado castigando la ya delicada economía venezolana, que depende de las exportaciones de este commodity. El país necesita mantener altos los precios del petróleo para mantener su nivel de gastos, ya que por muchos años no ha sido capaz de aumentar su producción petrolera.

Por eso en esta gira intentó convencer a sus aliados de la Opep de disminuir la producción de petróleo y así impulsar su precio.

Pero Arabia Saudita, donde Maduro llegó el domingo, prefiere que el barril se cotice a la baja y no a frenar la producción para que el precio suba, algo que implicaría algunos riesgos para su economía, según el ministro saudita del Petróleo, Ali al Naimi.

Así tras el encuentro de Maduro con el segundo príncipe heredero Moqren bin Abdelaziz al Saud, el Presidente venezolano dijo que se iba "muy optimista", la agencia local saudita informó escuetamente que "los dirigentes hablaron sobre las evoluciones del mercado en el ámbito internacional y las maneras de mejorar los vínculos entre los dos países".

El mismo día, Maduro recibió una respuesta similar de sus anfitriones en Qatar. Según una fuente diplomática venezolana citada por la agencia Reuters, no se hizo ningún compromiso sobre qué acción debiese tomarse con respecto de la producción de petróleo. Lo que sí se anunció fue una alianza financiera con algunos bancos de Qatar para intenten oxigenar la economía venezolana.

Días antes, Maduro había pasado por Irán, país que también se ha visto afectado por la caída del crudo, y que está sufriendo los efectos de las sanciones internacionales aplicadas por su programa nuclear. Por esta razón el ayatola Alí Jamenei se mostró receptivo al planteamiento de Maduro.

El mandatario venezolano quería de alguna manera reeditar la gira que emprendió Hugo Chávez en 2000, como preparación de la cumbre de la Opep que se celebró en septiembre de ese año en la capital venezolana. En ese entonces, Caracas estaba interesada en impulsar el incremento de los precios del petróleo, recortando la producción, algo que se produjo en los meses posteriores.

Esta gira internacional de Maduro comenzó en China donde si bien logró una inversión de US$ 20.000 millones en Venezuela, se desconoce si son para proyectos que ya están en marcha y que Caracas paga con envíos de crudo, o si el gobierno obtuvo dinero fresco para cubrir las deudas que tiene con el sector privado.