El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, inauguró el martes en Caracas el mausoleo que albergará los restos del libertador Simón Bolívar, un imponente monumento ideado en 2010 por el fallecido Hugo Chávez.
"Hoy estamos conmemorando los 200 años del inicio de la Campaña Admirable' -de liberación del oeste de Venezuela frente al imperio español- dirigida de manera exitosa (...) por el Libertador Simón Bolívar, y qué mejor oportunidad esta noche de Caracas, hoy 14 de mayo, para cumplir con una misión que nos dejara el creador de toda esta obra, el comandante supremo Hugo Chávez", dijo Maduro.
Ante centenares de asistentes, en un acto retransmitido de manera obligatoria por todas las radios y televisioras del país, Maduro pronunció un solemne y emotivo discurso en homenaje a Bolívar.
"Son dos hombres y dos épocas que logran hilvanarse y conectarse (...) Es imposible entender la estructura del pensamiento político de Hugo Chávez y del proyecto del socialismo del sigo XXI sin entender profundamente el espíritu y la estructura de pensamiento de Simón Bolívar", dijo entre los aplausos de los presentes, minutos después de iniciado el acto con el encendido de la "llama eterna" en la parte superior del mausoleo.
Se trata de una estructura de 50 metros de altura, con forma de vela de barco, que esconde un desnudo espacio interior con un sarcófago de madera -con las iniciales SB entre dos ramas de laurel de oro- sobre una sencilla estructura elevada de granito, a los pies del Monumento al Libertador, del siglo XIX y del escultor italiano Pietro Tenerani.
Levantada en pleno centro colonial, anexa al Panteón Nacional, la obra está recubierta de cerámica blanca y destaca flamante entre viejos edificios de viviendas, divisándose desde diferentes puntos de la capital.
Según el gobierno, más de 1.000 personas construyeron la estructura -con un costo unos 600 millones de bolívares (unos 95 millones de dólares), con materiales procedentes de varios países, como la cerámica de España o el granito negro de Sudáfrica.
Su construcción fue motivo de polémica entre los expertos, por el contraste entre sus imponentes proporciones y su estilo actual y el Panteón, mucho más pequeño y de estilo neogótico del siglo XIX.