El Presidente venezolano, Nicolás Maduro, anunció anoche que Rafael Ramírez deja el mando de la poderosa empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), la quinta más grande del mundo en el rubro y que financia en gran medida a todo el país, para designarlo como ministro de Relaciones Exteriores.

Ramírez fue nombrado en reemplazo de Elías Jaua, quien asumió la titularidad del Ministerio de Comunas y Movimientos Sociales.

"Dado que el compañero Rafael Ramírez está asumiendo la cancillería y vicepresidencia política (...) he designado como presidente de PDVSA al compañero Eulogio del Pino", apuntó Maduro, en un discurso difundido por cadena obligatoria de radio y TV.

Del Pino se desempeñaba como vicepresidente de exploración y producción en la empresa petrolera. Su tarea no será menor, pues sucederá a un hombre que reformó la poderosa industria petrolera para ponerla al servicio del chavismo.

Ramírez, un ingeniero de 51 años, supo mantenerse al frente de este sector clave, que aporta el 96% de las divisas de la economía venezolana, desde que en 2004 encabezara la petrolera estatal.

HERMANO DE CHÁVEZ

Además de este cargo, Ramírez fue relevado anoche del Ministerio del Petróleo y de la vicepresidencia de Economía y Finanzas. Maduro designó en su reemplazo, como titular de la cartera de Petróleo, a Asdrúbal Chávez, hermano del fallecido Hugo Chávez.

En tanto, como vicepresidente económico asumirá Marco Torres, quien fue ratificado como ministro de Economía y Finanzas. "Le agradezco a Rafael Ramírez el esfuerzo que ha hecho en todos estos años de revolución", agregó Maduro.

En un marco de sequía de divisas, desabastecimiento, déficit fiscal disparado y elevada inflación, los analistas aguardaban que Maduro anunciara medidas en la línea de las propuestas por Ramírez en semanas pasadas, como la unificación de los tres tipos de cambio oficial o el aumento de la gasolina, pero los anuncios tuvieron como eje una rotación de ministros entre carteras y con pocas incorporaciones.

Estos cambios dentro del gobierno venezolano se enmarcan en lo que Maduro describió como un "sacudón" del gobierno, una "revolución dentro de la revolución", buscando, aseguró, hacer más eficiente la función pública y combatir la corrupción en el país.