Faltan solo dos semanas, pero Magdalena Piñera ya cuenta las horas para que el 19 de noviembre llegue luego.
Ese día, la hija mayor del candidato partirá a votar y luego a Recoleta, para supervisar la elección como apoderada de mesa, antes de llegar al Hotel Crowne Plaza para ir contando los votos y comiéndose las uñas junto a su padre. Naturalmente, ella sabe que tiene una buena chance de pasar holgado a la segunda vuelta, aunque no cree en la posibilidad de un triunfo inmediato.
Está nerviosa la hija mayor de los Piñera Morel. Cuando habla de política, se nota que entra una inyección de adrenalina, a pesar de que en esta vuelta -a diferencia del gobierno anterior de Piñera, en el cual fue su jefa de gabinete- tiene descartado participar en algún lugar de La Moneda.
-Estoy con hartas ganas de que llegue la fecha. Tanto mi padre como mi madre se han sacado la mugre este año haciendo campaña, armando un programa de gobierno, estudiando. Creo que deben estar bastante cansados, aunque ellos tienen mucha energía.
¿Cómo lo toman los hijos? Implica una renuncia a cuatro años de cierta privacidad que habían alcanzado o de hacer emprendimientos propios.
Cada uno de mis hermanos trabaja y hace su vida de manera independiente. Tengo una hermana médico que es jefa de Infectología del Exequiel González Cortés, tengo un hermano sicólogo y otro economista. Sabemos que somos una familia que está más expuesta que una familia normal por el rol de nuestros padres, pero de alguna forma hemos vivido con esto. Nuestra historia familiar siempre ha sido con un padre dedicado a la política, líder, así es que tampoco nos va a cambiar tanto la vida. Sí siento, y eso también lo conversamos mucho a fines del año pasado, que ellos tomaron un camino por un sensación de responsabilidad muy republicana, que les admiro profundamente.
Cuando estaban en esa época, definiendo si sería o no candidato, se dijo mucho que los hijos no querían que fuera.
Cuando terminaron el gobierno, mis padres nunca pensaron en retirarse a la vida privada, siempre han tenido esta vocación de servicio público súper fuerte. Mi padre fue senador, presidente de partido y así fue como fundaron Avanza Chile para seguir aportando a las políticas públicas. Eso era una decisión, porque nunca se iban a retirar a su casa a dormir siesta; no está en su personalidad. Y mi madre hizo Chile Vive Sano, que era seguir con el tremendo programa Elige Vivir Sano, que este gobierno hundió abajo de miles de prioridades. Ahora, creo que ninguno de los dos pensó que iban a volver a ser candidatos, y eso se fue dando porque no surgieron otros liderazgos en la centroderecha, y yo espero que ahora sí se dé esa posibilidad.
Difícil que surja un liderazgo estando Sebastián Piñera al lado.
Bueno, es que es el mejor preparado para ser Presidente. Ya tiene experiencia, porque gobernó cuatro años y entiende que uno puede venir con muchas propuestas, pero hay que lidiar con distintos sectores, negociar, y no es nada fácil. Yo trabajé mucho con él en La Moneda y hay un aspecto muy importante que tener, que es la inteligencia emocional para lidiar con todas las personalidades.
¿Y la tiene Sebastián Piñera?
Bastante. Durante el gobierno anterior la desarrolló mucho. Cuando no has sido gobierno, hay muchas cosas que pasan y que hay que hacerse cargo, y uno no sabe al principio cómo hacerlo. Es como cuando nos has sido madre, y uno opina desde afuera, hasta que te toca enfrentar esa realidad y es otra cosa.
Pero volviendo a la idea de otros liderazgos, en este caso no los hubo. Y eso se sumó a la presión de los partidos y de la ciudadanía, que lo ponía en el primer lugar en las encuestas. Mis padres no pudieron decir que no a este desafío y a esta necesidad de encauzar el país hacia la senda del crecimiento, y que entregue oportunidades reales para el desarrollo de cada uno en forma integral.
Usted dice que él desarrolló su inteligencia emocional. En su anterior gobierno, era un tema el hecho de ser poco querible. Hoy aparece mejor en esos atributos.
Primero, creo que los liderazgos que tienen que manejar un país no tienen por qué ser queribles. Sí tienen que ser carismáticos, en el amplio sentido de la palabra. Ahora, en la esfera privada, mi padre siempre ha sido muy cariñoso. Con mis hijos, es el abuelo mejor que pudieran tener; los invita a alojar, los pasa a buscar. Mi hija Esperanza estuvo de cumpleaños y le pidió de regalo que la llevara a Fantasilandia con cuatro amigas y él lo hizo. Mi padre es una persona cariñosa, preocupada, y por algo con mi mamá han logrado tener una familia tan achoclonada.
Usted plantea que siguen con sus vidas independientes de su padre, pero ahora viene un tiempo en que estarán con una lupa encima. Más todavía después de lo que pasó a la Presidenta Bachelet con su hijo.
Sabemos que somos una familia que está mucho más expuesta que otras. Tratamos de cuidarnos, y creo que, en general, tenemos unas vidas bastante tranquilas, pasando lo más desapercibido posibles. Ahora, también hay gente que te puede sacar cosas mala leche, y ahí preferimos no meternos. Esa es una característica que tiene mi padre; él es una persona cero odiosa, cero rencorosa. Por ejemplo, su planteamiento de que un gobierno tiene que trabajar en función de la unidad, de una amistad cívica, se lo creo profundamente, porque siempre ha sido así. En esta campaña siento que los otros candidatos se han puesto bastante odiosos, las peleas entre Goic, Guillier y ME-O, o esto de tirar monedas de Navarro, reflejan el ambiente de la clase política en Chile. Por eso hay que retomar el diálogo, la política de los acuerdos. Por lo mismo, encuentro impresionante que critiquen que Piñera haya usado la imagen de Patricio Aylwin en la franja. ¡Quién no puede estar orgulloso de lo que fue nuestra transición a la democracia, lo que fue su gobierno! Y si mi padre ahora puede volver a restablecer el diálogo, la unidad para construir un país solidario y próspero para todos, yo voy a estar muy orgullosa.
Pero una de las críticas de la familia Aylwin fue que no les preguntaron. ¿Le gustaría que en 30 años más su padre apareciera en una franja de Marco Enríquez, por ejemplo?
Creo que Patricio Aylwin no es patrimonio de una familia, de un partido o de un sector político, sino que es ya un patrimonio de Chile. Fue el primer Presidente del retorno de la democracia, le tocó muy difícil, y logró navegar. Y creo que fue un buen gobierno también, porque tuvo una oposición dialogante, constructiva. Y ese es el tipo de ambiente político que me encantaría que se volviera a restituir. Y si en el futuro destacan que Sebastián Piñera fue un líder del reencuentro, que lo use todo el país. Yo estaría la más orgullosa de que así sea.
¿No le parece que hay una falta de delicadeza no preguntarles?
No, y además lo que he leído en las cartas, como la de Mariana Aylwin, no es una crítica que lo hayan ocupado, solamente mencionó que si él estuviera vivo, hubiera votado por Goic. Probablemente sería así, pero yo conocí a Patricio Aylwin y sé que quería mucho a mi padre. Y, además, cuando tú ves este programa de gobierno, ves que está súper enfocado a los grupos independientes, a los sectores moderados, a la centroderecha, y que busca ser un gobierno para todos los chilenos. Creo, sensatamente, que mucha gente que votó en el pasado por los presidentes Aylwin, Frei y Lagos, votará por Sebastián Piñera.
¿Ha habido acercamientos de ese tipo? Siempre ha sido una ilusión que se junte la DC con Piñera.
Mira, las elecciones se ganan con una persona, un voto. Por lo tanto, no hay votos más valiosos que otros.
Pero sí un peso simbólico.
Bueno, hoy escuché a Juan José Santa Cruz que decía que Piñera era el único capaz de liderar el país los próximos años. He escuchado a mucha gente que no es del sector decir lo mismo, y qué duda cabe, si vemos a uno que lleva un año trabajando en un programa, con miles de personas, mientras que el otro ni siquiera tiene.
¿Puede conquistar Piñera los votos de Carolina Goic para la segunda vuelta?
Tengo dos tíos que son DC. Y la 'Pichita', que se llama igual que yo, dijo en una revista que todos sus amigos iban a votar por Piñera. Tú puedes hacer un catastro de sus amigos.
¿Ve posible un triunfo en primera vuelta?
No, lo veo muy difícil. Con ocho candidatos y este nivel de odiosidad de la mayoría de ellos, es difícil.
¿Cómo interpretaría que eso ocurriera?
Si gana en primera vuelta, sería la constatación de una demanda ciudadana que nosotros ni siquiera pudimos ver. Creo que lo más probable es que gane Sebastián Piñera, pero sea él u otro, necesita una oposición que sea de verdad constructiva y no se debatan solo egos y personalismos.
¿Usted se considera de centroderecha?
Yo valoro mucho la libertad, y tengo la suerte de haber crecido en una familia que nos inculcó mucho la idea de que cada uno se desarrolle libremente, y tuve la oportunidad de poder hacerlo, cosa que me gustaría que todos los chilenos pudieran tener. Y desde esa vereda, no me encasillo en partidos ni sectores.
Pero entre el bloque que apoya a su padre: UDI, RN, PRI y Evópoli, ¿dónde se ubica?
No, nunca me he encasillado en ninguno, nunca he militado y creo que nunca lo haré.
¿Si su papá no estuviera en la papeleta, por quién votaría usted?
Yo creo que tomaría por primera vez mi derecho a no ir a votar.
¿Y no Goic?
Creo que tiene buenas intenciones, pero un partido que no le ha ayudado en nada a su candidatura. Si bien hay cosas que comparto, no creo que tenga hoy el liderazgo necesario para ser presidenta. Quizás más adelante.
Una de las discusiones que se plantean es cuán de derecha-derecha y cuán de centroderecha va a ser un eventual gobierno de su padre. ¿Qué piensa usted?
He vivido con él toda mi vida, y creo que es súper difícil amarrarlo en un sector. Es una persona que ha tenido una carrera muy exitosa, ha sido Presidente, y amarrarlo con una idea e intentar estereotiparlo es no conocerlo.
Pero en esta campaña se ha visto bien cercano a la UDI.
Es un mito. Y también son los mismos líderes políticos que tratan de ponerse más veces en la foto y eso hace que un partido u otro aparezcan más. Pero él es una persona que va a dialogar con todos. Chile Vamos tiene una característica que me hace votar orgullosa por sus candidatos: que creo que han logrado, después de años de rencillas, construir con respeto y unidad a pesar de sus diferencias.
Hay una diferencia abismal con las otras coaliciones. Además, en Chile Vamos saben que no ganamos con el voto de sus partidos, sino con el de la mayoría de los chilenos.
Patricio Fernández escribió en The New York Times que Piñera tiene la posibilidad de inaugurar un nuevo ciclo político, equivalente al que condujo la Concertación. Pero que para conseguirlo "debe ampliarse hacia el centro e ir más allá de sus ortodoxias".
No he leído la columna, pero comparto su posición. Lo que Piñera propone es, valorando todo lo que fue la Concertación, enfrentar una segunda transición. La primera fue una transición hacia la democracia, y hoy una transición hacia ser un país desarrollado, con educación y salud de calidad, con oportunidades y solidaridad.
Pero lo que plantea es que para eso debe comenzar a capturar el voto DC y dar la espalda a una derecha más dura, representada hoy por la UDI, en la que hay todavía vínculos con la dictadura.
Creo que la fortaleza de Chile Vamos es que hay diferentes sensibilidades, pero lo que los une es ese respeto a la diversidad y ese agradecimiento a la diversidad que finalmente converge en mejores políticas públicas y mejores formas de conducir el país. Creo que darle la espalda a alguien es un error. Acá todos suman.
¿Incluso aquellos que fueron calificados por su padre como cómplices pasivos?
Yo tenía 13 años para el plebiscito, he vivido en democracia. Y ese tratar de llevar toda la política a un eje del Sí y el No, ya nadie lo escucha, salvo los cuatro o cinco políticos que quieren revivirlo.
¿Se considera una persona más liberal que su padre? ¿Está a favor del aborto en las tres causales, por ejemplo?
Sí. Yo no podría juzgar a ninguna mujer que haya tomado esta difícil y dolorosa decisión.
¿Y cómo fue su conversación con él por eso? ¿Lo trató de convencer?
No, yo no ando por la vida tratando de convencerlo. Una cosa es lo que yo opine o el vecino opine, pero otra cosas es hacer políticas públicas pensando en el bien de todos los chilenos. Eso es distinto.
Pero su postura en el aborto tenía que ver con una convicción profunda suya.
Él tiene muchas convicciones, pero hay convicciones que pueden ir variando, u otras veces hay convicciones que son personales, pero no públicas. Ser líder es bastante difícil, porque uno tampoco puede gobernar solo de acuerdo a posturas de un grupo determinado. En todo caso, creo que estar en contra del aborto no es ser conservador, sino creer que el bien superior está en el niño que está por nacer y que ahí hay una persona.
¿Y en la adopción homoparental?
Aquí lo que tiene que primar es el bien del niño, luego el de las personas que buscan adoptar a alguien. El sistema de adopción se tiene que mejorar infinitamente, pensando en el bien superior del niño, y porque ese bien va a hacer feliz a una familia, cualquiera sea la composición de ella.
No es excluyente, entonces, para los homosexuales, participar de ese proceso.
Como tampoco lo es para una mujer sola, ni para un hombre.
¿Cree que José Antonio Kast va llamar a sus votantes a votar por Piñera en la segunda vuelta?
Creo que los candidatos no son dueños de sus votos, y así lo vimos cuando Marco Enríquez quiso traspasar su votación a Frei, a pesar de que habló del candidato del 29%. Los liderazgos ayudan a sumar, son hitos comunicacionales positivos, pero no son los votos del triunfo.
Es verdad que usted no va a trabajar en el gobierno, en caso de que su padre gane?
Sí, decidí independizarme y voy a seguir en esto.
Pero antes se decía que usted era su sombra y quien mejor sabía leerlo.
Eso también es un mito. Nadie es imprescindible.