No tiene un rostro demasiado radiante. Hay una niebla en su mirada y no acostumbra a sonreír. De lágrimas y miedos sí tiene más de alguna idea certera. Ahora, recién llegada a Chile, Alice busca escapar del acecho de fantasmas y demonios internos. Le dijeron que era el lugar adecuado, pero según detallará la historia de Magic magic, le dijeron las cosas mal. Para Alice, Chile puede transformarse en el cementerio de los esquizofrénicos.

La más reciente película de Sebastián Silva fue su primera aventura con producción internacional antes de rodar The nasty boy en Nueva York (ver recuadro) y se trató de una experiencia con dos caras. El director de La nana probó el sabor de los grandes recursos a su disposición, pero también supo del implacable criterio de los estudios de Hollywood: Sony Pictures estimó que la película no funcionaría en taquilla y decidió estrenarla directamente en DVD. "Obviamente, no nos gusta la decisión de Sony, no estamos de acuerdo", dijo a La Tercera la productora estadounidense Christine Vachon cuando vino a Chile, al último Festival de Valdivia.

No todos los países, sin embargo, han optado por el mismo tipo de estreno en formato casero. En Francia, por ejemplo, Magic magic llegó a salas el 28 de agosto y en Gran Bretaña pasará lo mismo el 31 de enero. En Chile, la película ya se encuentra en DVD (ficha) y VTR On Demand la agregó recientemente a su parrilla programática.

Lejos de las coordenadas de los tres largometrajes anteriores de Silva, Magic magic es una cinta de género, que juega a provocar tensión y horror en el espectador. Fue así como llegó este año a presentarse a los festivales de Sundance y Cannes, donde se exhibió en las secciones de Medianoche y Quincena de Realizadores, respectivamente. "Cuando hice esta película tuve en mente dos filmes de Roman Polanski: El inquilino y El bebé de Rosemary", explica Silva, que en Cannes presentó el trabajo junto a los protagonistas Juno Temple y Michael Cera.

En la trama, Alice (Juno Temple) es acogida en Chile por su prima Sara (Emily Browning). Con ellos siempre están Brick (Michael Cera), un gringo con problemas de adaptación, y un grupo de chilenos comunes y corrientes, entre ellos, Bárbara (Catalina Sandino Moreno). El estado de ánimo de Alice es frágil, como una capa de hielo a punto de romperse: tarde o temprano la relación con el grupo y las bromas pesadas de Brick desatarán su locura.

"Alice es una esquizofrénica paranoide. Para mí, el auténtico horror es el de la locura. Es el más aplastante. Quizás porque tengo una mente algo desatada o por experiencias personales, pero perder la razón es a lo que más le temo", dice el director chileno radicado en Nueva York. Gran parte del peso dramático de Magic magic se lo lleva el personaje de Alice, una mujer que es una catástrofe emocional, que tiene visiones, que cree experimentar sexo cuando no existe y que en determinados pasajes es sólo alaridos y lágrimas.

"Sebastián me exigió mucho para este personaje, siempre al borde. Afortunadamente, el clima de rodaje fue bastante cálido. Es lo que se necesita cuando interpretas a una chica como Alice, siempre a punto de perder la razón. Al principio de la historia ella trata de agradar al grupo, pero cuando ya están en la casa de campo del sur le viene una crisis", recuerda Temple sobre el rodaje en la zona del lago Ranco (Región de Los Ríos), en abril del 2012.

Los malos pasos de Alice en su relación con sus nuevos "amigos" en Chile mueve toda la dinámica de la película. Al respecto, Michael Cera también tiene sus palabras: "En esta película el espectador nunca tiene demasiado claro nada, excepto que Alice no la pasa bien en el grupo, que necesita ayuda y nadie se la brinda. Todo tiene que ver con el mal manejo de relaciones".

Con fotografía del australiano Christopher Doyle (Con ánimo de amar, 2046), Magic magic juega a la ironía hasta en su propio título. "Eso es como una broma. En la película no hay nada de magia, nada de trucos ni de conejos salidos del sombrero. El terror y el miedo son más bien psicológicos", dice Silva.